Emma Suárez es una de esas actrices que hemos visto madurar en la pantalla, pero, desde sus primeros papeles en los 80, demostró un talento interpretativo inusual. Con los años, y cuando se observa su trabajo, siempre da una patina de autenticidad a los personajes que interpreta. Así ocurre en Alguien que cuide de mí, donde encarna a una actriz que vive horas bajas y que tiene diferencias con su madre y con su hija.

Supongo que, a pesar de ser una actriz experimentada, el personaje de Cecilia ha sido un regalo porque tiene un montón de matices tanto dramáticos como cómicos.
Gracias por lo de experimentada, pero siempre que te implicas en una película es como si fuera la primera vez. Cecilia es un personaje goloso porque pasa por muchos estados y experiencias llevadas al límite y, también, que ha sido marcada por el estigma de ser enferma de VIH. 

La película habla de secretos familiares y también de lo complicadas que son, en ocasiones, las relaciones entre madres e hijas. Y, su personaje está marcado porque su progenitora fue una gran diva del teatro.
Hay claramente una confrontación, cada una de estas tres mujeres viven con entrega absoluta su profesión, pero de forma muy diferente, y eso ha separado de alguna forma a Cecilia de su madre. Porque ella fue una actriz de cabaret en los años 80  y ahora está olvidada.

Son mujeres fuertes pero al mismo tiempo vulnerables, de ahí el título de la película. Las tres, en algún momento, se han sentido solas…
Ellas hablan de sentirse amadas, cuidadas, pero hay gente que no se deja cuidar y es muy difícil hacerlo. Debemos aprender también a ello.

La relación de pareja que mantienen Pedro (interpretado por Pedro Mari Sánchez) y el suyo de Cecilia es singular. ¿Usted se la cree? 
Me la creo totalmente, de hecho, cuando leí el guion, me fascinó ese amor tan llamativo, porque son dos personas que se han encontrado en un momento complicado de sus vidas y se complementan, se necesitan y se quieren. Tienen algo que no puede fallar: lealtad. 

Un asunto que recorre esta película es el de las mujeres infectadas de VIH por sus parejas
Sí, en los 90, era un verdadero estigma ser portador de VIH y todo el mundo pareció olvidarse de esas mujeres que lo sufrieron porque fueron infectadas, algunas murieron y otras sobrevivieron, pero, en cualquier caso, pasaron mucho miedo.

¿Qué le parece que, dentro del contenido de la película, se haga teatro dentro del cine, ya que la más joven de las tres ha sido elegida para protagonizar La Gaviota de Chejov?
Me encanta porque los personajes, los conflictos, los aspectos de la personalidad de cada uno son universales, y hay un paralelismo entre la obra de Chejov y esta película.