Con unas elecciones locales y autonómicas a la vista y unas generales que, de no adelantarse, se celebrarán previsiblemente a finales de año, España se asoma al cambio en cuanto a política se refiere. La inestabilidad es cada vez más palpable en un país en el que los últimos ejercicios han estado muy marcados por una intensa actividad legislativa. A ello hay que sumar los constantes cruces de acusaciones entre formaciones de distinto signo -y también del mismo-, escándalos por presunta corrupción, y fugas de diputados entre partidos, mientras los mercados se encuentran en uno de sus momentos más delicados. 

Los empresarios se muestran preocupados ante este escenario. Es más, el 85% de los directivos ven la economía nacional regular, mal o muy mal. Y una de las principales amenazas es la incertidumbre política. Así lo considera el 46%, según el informe Perspectivas España 2022, que elabora KPMG junto a la CEOE, del que también se desprende que un 36% sitúa los cambios regulatorios entre los mayores riesgos para su negocio.

La crisis energética, la escalada de la inflación y los tipos de interés al alza dibujan un escenario complejo para las compañías españolas, que, a pesar de la cautela que manifiestan en sus previsiones, se muestran optimistas sobre su crecimiento en los próximos 12 meses.

Y es que un 70% de los empresarios que han participado en el sondeo esperan que sus ventas se incrementen a lo largo del año -siete puntos menos que en 2022- y un 50% invertirá más -10 puntos menos que en la pasada edición del estudio-. Además, casi tres de cada cuatro encuestados (73%) considera que la situación de su empresa es buena o excelente, al tiempo que un 44% confía en que la situación de su organización mejore este ejercicio, mismo porcentaje que prevé que la economía española evolucione a peor en los próximos 12 meses.

En cuanto a las previsiones de contratación, los directivos se muestran más prudentes. Con respecto a 2022, disminuye el porcentaje que ampliará su plantilla al 38% -ocho puntos menos- y aumenta al 50% el de aquellos que la mantendrán igual -siete puntos más que en la edición anterior-.

Pese a esto, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, insiste en la necesidad de impulsar medidas de apoyo efectivas a las compañías para mantener la marcha de la economía y el empleo, así como de contar con un marco de estabilidad política y calidad normativa que genere un clima de inversión favorable.

Por su parte, el presidente de KPMG en España, Juanjo Cano, considera que dentro de la prudencia que exige el contexto actual, las expectativas sobre la evolución de sus organizaciones son optimistas y muestran su confianza en el incremento de las ventas y en el mantenimiento del empleo.

Gestión corporativa

El informe también revela los efectos de la inflación en otros ámbitos de la gestión corporativa. Un 69% asegura que la inflación ha tenido un impacto alto o muy alto en los márgenes de beneficio de su organización. Como consecuencia, más de la mitad de los encuestados ha redefinido sus políticas de precios para reflejar el aumento de los costes y un 31% prevé hacerlo en los próximos meses, con lo que ocho de cada 10 han subido los precios o lo harán próximamente. Además, un 45% ha renegociado sus contratos con proveedores y un 32% tiene previsto hacerlo este 2023.

De su lado, la mayoría sitúa el desarrollo de medidas para mitigar la inflación entre sus prioridades estratégicas, puesto que el alza de precios es una de las principales amenazas a corto plazo. Así, tres aspectos estrechamente relacionados con la inflación, como son el coste de la energía, la volatilidad de los precios o el riesgo de demanda, registran un mayor porcentaje de respuestas cuando se les pregunta a los directivos por los principales riesgos para su negocio en este año.