De un piso a alojamiento turístico con 16 plazas

Ana Torrecillas
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Varios emprendedores de Logroño compran una vivienda en la calle Saturnino Ulargui para convertirla en una establecimiento turístico con todos los lujos

Rodrigo Rodríguez, propietario de EightRooms - Foto: Ingrid

La ubicación de la calle Saturnino Ulargui es perfecta para quien quiera visitar Logroño. A un paso de la Laurel y del área comercial de Logroño la convierten en una zona clave donde alojarse. Por eso, cuando Ricardo Rodríguez supo que uno de los pisos del número 5 de la calle estaba a la venta, no se lo pensó dos veces. Él y sus socios se animaron a comprar la vivienda, reformarla y convertirla en EightRooms La Rioja, un alojamiento turístico. La reforma ha sido integral porque ha transformado una vivienda habitual del centro de Logroño en una establecimiento con ocho habitaciones en las que se pueden alojar dos personas, en algunas hasta tres.  «Hace dos años vimos la oportunidad y tras otro año de reforma, en abril de 2022 empezamos a funcionar», señala Ricardo, «y estamos muy satisfechos con el resultado».

Los apartamentos turísticos ofrecen todo tipo de comodidades al inquilino: habitaciones amplias con camas grandes y nuevas en la que se ha instalado televisión de plasma y un aparador con un hervidor de agua para prepararse café o infusiones. Los baños de los apartamentos están adaptados a personas con problemas de movilidad y cuentan con secador para el pelo y productos higiénicos.

Este emprendedor logroñés aprovechó el momento del boom de los pisos turísticos. Y junto con sus dos socios, decidió lanzarse a un sector en auge.  Y no se equivocó porque las reservas no paran de darse, especialmente durante el fin de semana. Los precios suelen variar en temporada alta y baja. En esta primera, el precio por habitación y noche oscila entre los 40 y 50 euros; y en temporada alta, entre 70 y 80 euros. Como reconoce Rodrigo, los perfiles son muy diversos: desde familias y amigos que pasan el fin de semana, pasando por peregrinos en temporada de mayor influencia para el Camino de Santiago hasta profesionales y comerciales de otras ciudades que están en Logroño por trabajo y necesitan un alojamiento cómodo durante unos días.

Regular el mercado. «La verdad es que no hemos tenido problemas con el vecindario», señala Rodríguez, «tuvimos quejas por las obras pero una vez que hemos empezado a funcionar todo ha transcurrido con normalidad».

Rodríguez y sus socios son, como quien dice, los últimos en llegar a un sector que crece por momentos y que ya ha dejado su impronta en muchos edificios de la ciudad. Son mucho más numerosos en el Casco Antiguo de Logroño donde se han reformados viviendas con el objetivo único de convertirlas en apartamentos turísticos. 

La oferta turística es cada vez mayor por lo que Rodríguez se muestra a favor de que las instituciones regulen el número de alquileres turísticos. «Me parece necesario que el mercado se regule porque de otra manera, esto sería una locura», apunta.