El verano de 2023 ha sido el tercero más cálido de la historia de España, con una temperatura media de 23,4ºC en la España peninsular, 1,2ºC más alto de lo normal (periodo 1991-2020). La temperatura del mar ha sido la más alta de la historia y está más de 1ºC por encima de lo normal, superando en 0,5ºC al anterior año más cálido (2020).
Además, este verano ha sido el tercero más lluvioso del siglo XXI, gracias a las precipitaciones registradas en el mes de junio, según explicado este jueves 14 de septiembre la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico en funciones, Teresa Ribera, que ha presentado el balance del último verano.
En este sentido, los datos reflejan que nueve de los diez años más calurosos de España se han registrado en este siglo, y cuatro de los cinco más cálidos desde 2015. Durante el verano, en el ámbito de Península y Baleares, se han registrado cuatro olas de calor que han durado 24 días, por lo que se convierte en el cuarto con más días en ola de calor desde 1975, por detrás de 2022, 2015 y 2017. De este modo, los días bajo ola de calor aumentan a un ritmo de tres días por década, aproximadamente
Por otro lado, se trata del tercer verano más lluvioso del siglo XXI y el decimosexto desde 1961, con carácter muy húmedo (87 l/m2 en el conjunto de la España peninsular, un 24% más de lo normal), aunque las tres cuartas partes del total de lluvias del verano se registraron en junio. De hecho, julio y agosto fueron meses muy secos. De hecho, el año hidrológico, que finaliza en octubre, registra un 13 por ciento de lluvias por debajo de lo normal.
"Nuestros abuelos a lo mejor vivían una ola de calor en su vida, alguna noche tórrida, pero poco a poco con el paso de los años esto ha ido siendo cada vez más frecuentes, con días de temperaturas altas extremas o inviernos más suaves de lo habitual", ha comentado Ribera.
Por su parte, el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Ruben del Campo), ha señalado que hay que enfrentarse a más días de ola de calor y a situaciones extremas más frecuentes. Además, ha precisado que los récords de temperatura siempre se han batido por décimas, pero durante el verano de 2023 se han registrado récords en estaciones como el aeropuerto de Valencia, con 46,8ºC, tres grados y medio mayores que el anterior.
"Noches infernales"
En este sentido, ha admitido que la temperatura va "más rápido de lo que la AEMET observa" con respecto a las "noches infernales", un término que, "aunque aún no está consolidado", utilizaron durante este verano por las mínimas de 30ºC que se registraron durante dos noches en la ciudad de Málaga.
Junto a ello, ha explicado que el aumento térmico del mar podría dar lugar a temporales que pueden dejar precipitaciones más intensas cuando las condiciones atmosféricas son las adecuadas. "Este parámetro lo seguimos con mucha atención en la AEMET y también nos está marcando varios extremos", ha indicado.
Otoño más lluvioso aunque menos frío
En cuanto al otoño, el próximo trimestre podría ser más lluvioso, con un 40/50% de posibilidades frente a un 20/40% de que las precipitaciones sean inferiores. Además, hay un 70% de posibilidades de cálido, y entre un 50 y 70% de que sea muy cálido. Según Del Campo, este incremento de lluvias se aprecia sobre todo en el noroeste peninsular. "Sería una buena noticia para atajar una sequía meteorológica que aún continúa con nosotros", ha explicado.
La sequía, que comenzó en diciembre de 2022, es de larga duración, y en zonas como las cuencas del Guadalquivir y el Guadiana es la más larga desde que existen registros, con una duración de 7 años desde que comenzó en 2016. Sin embargo, la más intensa está en el nordeste, en la cuenca del Ebro. "Por lo tanto nos enfrentamos a sequías más largas y de mayor dureza", ha lamentado.
Según del Campo, en caso de que se cumplan las predicciones de un otoño lluvioso, la situación de sequía se aliviaría, aunque para acabar con una de larga duración se necesita un otoño con gran cantidad de precipitaciones abundantes.
Por su parte, Ribera ha afirmado que "estos son datos observados, por lo que hay que confiar en los datos, confiar en la capacidad de los que más saben a la hora de evaluar esta información". "No son proyecciones, no son modelos, es pura realidad contrastada, acumulada y a disposición de cualquiera en los servicios de datos de la AEMET", ha insistido.
Finalmente, la ministra ha indicado que se ha recuperado toda la información con respecto a temperaturas en España para la realización de este balance, al tiempo que han utilizado la misma herramienta usada por la NASA para ofrecer información precisa sobre cómo ha evolucionado el incremento de la temperatura media.