Llona: "La única presión que siento es la que me pongo yo"

El Día
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El técnico de la Cultural Leonesa saborea en El Ángel el coliderato del Grupo 1 de Primera RFEF

Llona degusta en El Ángel un champi y un vino Finca La Emperatriz. - Foto: Óscar Solorzano

Es lunes 6 de noviembre y Raúl Sáenz del Rincón (Logroño, 1976), saborea el recién conquistado coliderato del Grupo 1 de Primera RFEF. En apenas quince minutos se improvisa en El Ángel una animada tertulia en la que participan Álex Ábalos, dueño de uno de los templos gastronómicos de la Laurel, y Llona padre. A escasos metros, también tiene lugar  un cónclave deportivo pero, en este caso, en torno a Dusko Ivanovic que, a su pesar, enjuaga la derrota ante el GranCanaria en el inicio de la cuarta etapa del montenegrino al frente del Baskonia.  

Pero estamos para hablar de fútbol y hacerlo de la Cultural Leonesa, el nuevo destino de Raúl Llona. Lo hacemos con un crianza («me gusta el vino, tinto, Rioja») en la mano y un champi. «Soy parroquiano», afirma un entrenador que siempre que puede se acerca al Ángel. El sábado sus jugadores ganaron al Cornellà y su técnico fue generoso y les congració con tres días de fiesta.

Tras unos inicios titubeantes, Llona se ha aclimatado a la perfección a un club de la ideosincrasia de la Cultural. En León alterna menos por El Húmedo «aunque hay mucha animación». «Logroño y León se parecen mucho, me ha sorprendido para bien», afirma al tiempo que reconoce echar de menos a su familia. «Era el momento de dar un paso adelante. Tocaba salir de la zona de confort tras estar esperando mucho tiempo esta oportunidad», informa. «El tener que dejar a la familia ha sido la parte negativo de todo esto», lamenta.

El responsable culturalista ha dado la vuelta a un inicio titubeante para enlazar cinco victorias y dos empates. Llona no se siente particularmente presionado:«Siento la misma presión en León que en cualquier otro sitio. La única presión que siento en la que me pongo yo y el cuerpo técnico».  

Voz autorizada para hablar del fútbol capitalino tras su pasado como centrocampista del Logroñés y su paso por el banquillo de la Unión Deportiva Logroñés (Segunda B) y Sociedad Deportiva Logroñés (Tercera y Primera RFEF), recuerda que es demasiado pronto para «hablar de objetivos cumplidos o incumplidos». «En mayo es cuando se ponen las notas», advierte sobre la trayectoria de los dos conjuntos blanquirrojos aunque, por si hubiera dudas, puntualiza que él es verde, del Berceo. «Mi club, mi casa, donde juegan mis hijos».