La pandemia por covid-19 parece estar dando sus últimos coletazos. Los casos han ido disminuyendo progresivamente hasta alcanzar los picos más bajos de toda la pandemia. De hecho, los ingresos por coronavirus en los hospitales riojanos llevando tocando fondo desde hace, al menos, el 14 de marzo. Así lo confirma el director general de Salud Pública, José Ignacio Aguado. «No se ha producido ningún ingreso en UCI desde hace diez días», asegura. Pese a que la UCI está libre de covid y en planta descendiendo el número de enfermos, Salud no baja la guardia. La consejería sigue enviando las muestras de aguas residuales al Ministerio de Transición Ecológica que procede a su análisis para comprobar la evolución de los residuos de coronavirus en dichas aguas.
A lo largo de 2023 los indicadores de las aguas residuales procedentes de Logroño y Calahorra, únicas urbes que se analizan, han ido fluctuando. A comienzos del mes de enero, los indices experimentaron un aumento significativo, para disminuir a niveles estableces las siguientes semanas. No fue hasta el inicio de este mes cuando, de nuevo, subieron los niveles de resto de covid en las aguas residenciales de las dos ciudades riojanas. El resto del mes se mantuvo estable, pero esta última semana la alerta por alto nivel ha saltado. Son los resultados que ofrecen la gráfica que se puede consultar en la web del Ministerio y que también ofrece información sobre la variante del covid-19 que más prevalece en cada ciudad. En el caso de las riojanas, es la variante ómicron BA4.
Aguado señala es necesario seguir trasladando esta información para realizar labores de control sobre la evolución del virus pero añade que «son normales las fluctuaciones y, en todo caso, un alto nivel de coronavirus en la aguas no se traduce necesariamente en un aumento de casos graves de la enfermedad».
De hecho, añade el director de Salud Pública de La Rioja, los indicadores que se tienen en cuenta son la situación de los hospitales y los resultados de las pruebas a los mayores de 65 años. En ambos, la situación está normalizada.
«Prefiero no hablar de gripalización del covid-19, porque es tratar a una enfermedad con las especifidades de otra y no es lo mismo gripe que coronavirus», advierte Aguado.
los virus respiratorios no dan respiro. De hecho, los estamento sanitarios permanecen en alerta sobre la evolución del resto de las enfermedades respiratorias, especialmente de la gripe B cuyo virus está detrás de la mayoría de enfermedades respiratorias graves.
«Hemos estado dos años sin contar con el resto de los virus respiratorios por la presencia del covid-19 así que, una vez que ha descendido la incidencia de manera importante, éstos han retornado", recuerda el director de Salud Pública, «al comienzo del otoño tuvimos muchos casos de gripe A, después llegó el virus sincitial y en estas últimas semanas está teniendo especial incidencia la gripe B», apunta.
De hecho el aumento de casos de virus respiratorios, especialmente de gripe A tensionó la ya de por sí tensionada atención en Urgencias. Tanto las emergencias del CARPA como las del Hospital San Pedro vivieron una auténtica oleada de casos al final del otoño ya que las atenciones médicas se incrementaron en torno a un 30% más d de lo habitual. El mes de diciembre fue del mes del virus respiratorio sincitial que afecta, sobre todo, a niños pequeños lo que provocó un aumento del 40% de las atenciones en Urgencias Pediátricas. Pasados los meses de invierno, la situación tanto en urgencias como en ingresos en planta se ha normalizado aunque Salud se mantiene en alerta sobre la evolución de los casos de gripe B, sobre todo los que afectan a personas mayores o vulnerables ya que sus complicaciones pueden llevarles a un ingreso.