«No era punk al uso y sí agro rock sin complejos»

El Día
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Noemí Manzanos, responsable del campo riojano, fue bajista del grupo Telaraña en la Castaña, pasión que cambió por la Ingeniería Agrícola

Noemí Manzanos, antes que consejera fue bajista del grupo Telaraña en la Castaña. - Foto: Ingrid

Asegura que estas últimas de los viernes vienen muy bien para romper los estereotipos que mucha gente tiene con respecto a la clase política riojana, a la que pertenece por vocación, y un lugar común, cuando nos referimos a su grupo político, es pensar que el Partido Popular y el rock o el punkrock parecen disonantes. «Estereotipos fuera. Dentro del PP hay mucha gente con variopintos gustos musicales», defiende. Y para muestra, un botón. Ella es más de Offspring y Extremoduro («especialmente de los discos antes de Agila», acota) que de Taburete o José Manuel Soto, por ejemplo. Solo por ejemplo.  

Este breve apunte, musical, define a Noemí Manzanos (Rodezno, 1978), máxima responsable desde el pasado mes de junio del campo riojano al frente de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Medio Rural y Medio Ambiente.

Pero antes de tomar posesión de su despacho en Avenida de la Paz y años ha de ser alcaldesa de Rodezno, Noemí Manzanos dio el cante al frente deTelaraña en la Castaña, combo musical conformado por Diana Cantabrana(guitarra), Susana Alegría (guitarra) y David Bezares (batería). Ella era la bajista. Ponerle voz a las letras «de una banda con mucho corazón» era una cuestión colectiva.

Su vocación, por así decirlo, arrancó en el Compañía de María de Haro y en el coro de la iglesia. Su versión más gamberra la vehiculó con Telaraña en la Castaña, formación en la que militó «hasta los 17 o 18 años». A esa edad se marchó a estudiar Ingeniería Agrícula a La Almunia. Esta otra carrera, a la larga, le ha dado más satisfacciones.

¿Qué música hacía la posiblemente mejor formación que ha existido en Rodezno? «No era punk al uso. Hacíamos versiones de Nirvana y Extremoduro. Era agro rock de pueblo, sin complejos», bromea con desparpajo.

El grupo no se adscribía a un género definido: «No teníamos  un estilo dominante, pero éramos muy estilosas», se sonríe.   

«Rodezno, al contrario que Hervías, Bañares o el propio Tormantos, no era muy de conciertos», rememora pero por el local de ensayos de su grupo pasó «todo aquél que en el pueblo tocaba un instrumento». 

Uno de sus combos preferidos, Offspring, sonó el pasado verano en Santo Domingo de la Calzada, aunque Noemí no pudo verlos. Y, cuando estaba en edad de alternar, los festivales no estaban tan extendidos como ahora.

 En la actualidad, esta pasión ha quedado en un segundo plano.«Aunque la música no se ha ido de mi vida, tengo que reconocer que escucho menos de lo que me gustaría», lamenta. Es «en el coche» donde más tiempo saca para poner al día sus gustos melómanos: «No tengo un grupo de cabecera preferido y sí canciones de distintas bandas».  Pase a ser integrante de la GeneraciónX, informa que tiene cuenta, compartida, de Spotify con su pareja, a la que intenta adoctrinar con su playlist.

Como esta pieza arrancó con un estereotipo, se cierra con otro: ¿Quién da más el cante hoy en día? «Cantamos muy mal todos. Damos mucho el cante», se ríe antes de que la agenda del día le lleve a otros menesteres, quizás menos armoniosos pero seguramente de mayor incumbencia para el común de los riojanos.