Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Vivir en España

19/04/2023

En tiempos electorales a los candidatos se les llena la boca con promesas de difícil cumplimiento, por no decir imposible cumplimiento. El gobierno de Sánchez saca precisamente ahora una ley de vivienda pactada con Podemos, Bildu y ERC, que no son precisamente los avalistas que generen más confianza, y el PP de Feijóo se ha apresurado a adelantar varias propuestas sobre el acceso a la vivienda que se ampliarán en los próximos días, cuando presente su programa de gobierno.

La ventaja del PP sobre el PSOE es que la credibilidad del gobierno de Sánchez está bajo mínimos, mientras que es de dominio público que el PP suele ser sólido en asuntos económicos aunque no todas sus iniciativas son indiscutibles. Pero los ciudadanos votan mayoritariamente al PP cuando la situación es crítica, porque consideran que es el partido capaz de arreglar los desaguisados socialistas. Llega entonces el PP con unas medidas que dejan a las familias temblando pero que se demuestran efectivas a medio plazo. En cuanto la cosa se estabiliza mínimamente, un porcentaje alto de ex votantes del PSOE vuelven a elegir la papeleta socialista … y regreso a la casilla de salida: de nuevo promesas imposibles de aplicar, empobrecimiento, pérdidas de empleo y crisis que parece insuperable. Tras una o dos legislaturas, otra vez se vota al PP para ver si es capaz de recomponer las cosas y se salga de la agonía.

La vivienda es un problema muy serio, y este PSOE pretende arreglarlo –o hacer como que lo arregla- con propuestas engañosas. Deben creer Sánchez y sus ministros que los españoles tragan con ruedas de molino, y deben creer también que no hay periodista capaz de hacer las indagaciones pertinentes sobre la viabilidad de las promesas, y que por tanto la realidad de los hechos no llegará a la ciudadanía. Pues se equivocan: los datos sobre el Sareb han demostrado una vez más que Sánchez no sabe de qué habla o, lo que es peor, ha mentido con sus anuncios sobre el acceso a la vivienda. Este martes, la ministra Calviño ha tenido que salir para rectificar las cifras sobre los activos del Sareb. No tenía más remedio: ya las habían recogido todos los medios informativos.

No existen 50 mil viviendas en la Sareb, ni de lejos, y de las que tiene, no llegan al 20 por ciento las que se encuentran en condiciones de habitabilidad. Están localizadas en zonas y pueblos de apenas población porque nadie quiere vivir en ellos, y algunas de las consideraciones sobre la rebaja de los precios de alquiler no podrán aplicarse porque el propietario tiene derecho a que el inquilino costee determinados gastos.

Varias ciudades europeas, entre ellas Barcelona, que han apostado por medidas de control del gobierno sobre el alquiler, han comprobado el fracaso de esas medidas cuando se han disparado aún más los precios. Es decir, había referentes preocupantes para Moncloa.

Es patético que, en campaña electoral, se tome a los ciudadanos por tontos.