Francisco Javier Almeida no había recibido a media tarde de ayer la sentencia que le condena a prisión permanente revisable por el asesinato con alevosía del pequeño Álex. Pero las noticias vuelan incluso dentro del centro penitenciario de máxima seguridad de Herrera de la Mancha. Poco después de conocerse el contenido de la resolución judicial, se apresuró a contactar con su abogado, el que le tocó en la suerte de oficio, y le trasladó la orden de recurrir.
Quizá lo haya podido comentar también con algunos de los execrables seres que conviven en un penal cuyas puertas abrieron a finales de los años setenta para privar de libertad a lo más duro de la banda terrorista ETA. Como si de un siniestro juego de la oca se tratara, de monstruos a monstruos, Herrera de la Mancha continúa juntando a lo más granado de los asesinos y violadores del país.
Los terroristas De Juana Chaos o Kubati, tristemente célebres por sus asesinatos en nombre de una independencia que nunca llegó ni convenció, dejaron libres sus celdas para llenarlas con otra maldad, la maldad personificada en nombres propios como Tony King, asesino de Sonia Carabantes y Rocío Wanninkhof; José Bretón, que mató a sus dos hijos;Miguel Carcaño, por el caso Marta del Castillo; Santiago del Valle, que mató a Mari Luz Cortés; o Joaquín Ferrándiz, asesino en serie que violó y mató a cinco mujeres en Castellón. Éste último fue condenado a 69 años y dejará las celdas el próximo mes de julio tras haber cumplido 25 años y mostrar, como manda el denominador común del patrón psicológico de este tipo de seres, un buen comportamiento en prisión. Quedará en libertad con 60 años. Menos de media vida por delante para avalar el espíritu reinsertor del sistema penitenciario español.
Así es Herrera de la Mancha, un centro penitenciario acostumbrado a experiencias fuertes por el que también pasó El Vaquilla, el conocido como 'Violador del Ascensor' o el etarra que dio nombre a una doctrina que derivó en una multitudinaria reducción de condenas, Henri Parot.
Ajeno, o quizá no, a toda la historia que escriben los muros y barrotes del centro penitenciario de máxima seguridad, Almeida quizá pueda disfrutar de un mínimo y afortunado tiempo de ocio para echar una partida a la oca con alguno de sus compañeros de andanzas. Unos de esos pocos que dentro de prisión no querrán hacerle la vida imposible, como poco. Un afortunado Almeida por tanto, como King, Bretón o Del Valle. El Elenco de asesinos y violadores de las prisiones permanentes.
800 páginas. Los funcionarios de Herrera de la Mancha de hace cuatro décadas medían la peligrosidad del etarra por el número de páginas de sus expedientes. Muchos, la mayoría de ellos, llegaban a las 800 hojas. Francisco Javier Almeida, el asesino nacido en la calle San Millán de Logroño acumula ya unas cuantas centenas. Tras la celebración del juicio en la Audiencia Provincial por el asesinato y violación del pequeño Álex, el ya condenado sin etiquetas de presunción de inocencia, fue trasladado a Herrera de la Mancha. Antes había estado en Segovia, donde el asesino, pederastra y violador reincidente, no se sentía seguro. En Ciudad Real está más cómodo. Y en su comodidad, recurso en mano, seguirá sumando páginas y expedientes.