Ríos revueltos en Brieva de Camero tras la dimisión del alcalde Pedro Somalo, y su concejal Pedro Fontecha, ambos del Partido Socialista que sumergen al Consistorio de las Siete Villas abocado a deambular a través de una comisión gestora que comande el municipio hasta la convocatoria de unas nuevas elecciones municipales. Situación que deriva también en una acumulación de pagos no satisfechos relacionados fundamentalmente con la Escuela de Pastores. Proveedores y trabajadores continúan sin cobrar tras la renuncia de los dos ediles, según Ricardo Velasco, portavoz del grupo Socialista en Política Local, «ambos por motivos personales». 

En el Ayuntamiento de Brieva tan solo queda Héctor Espiga, concejal del Partido Popular, y el secretario municipal, quien rehusó ayer hacer declaraciones sobre la situación de desgobierno que atraviesa la localidad serrana.

Desde la sede del PSOE en Logroño, Velasco aseguró ayer que desde la Comunidad autónoma «no se ha recibido aún ninguna comunicación» para conformar la comisión gestora que regirá el devenir del municipio a la espera de los nuevos comicios. El propio portavoz socialista en materia de Política Local afirma igualmente que «ya han mantenido conversaciones con vecinos del pueblo que pueden integrarse en la citada comisión» de la que sí formará parte, salvo nuevas sorpresas, el edil del Partido Popular.

En defensa de somalo. Ahora bien, una cosa sería formar parte de la gestora y otra bien distinta encontrar a una persona del propio municipio que quiera asumir la candidatura a la alcaldía y de salir elegido, asumir la dirección de Brieva de Cameros. En este sentido, las miradas apuntan al concejal del Partido Popular que «con ayuda seguro que se haría con el cargo», coinciden los vecinos.

En cualquier caso, y al margen de posibles errores, el municipio, que en los meses de invierno suele contar con no más de diez vecinos aplaude la dilatada trayectoria política del dimitido alcalde Pedro Somalo. «Ha hecho muchas cosas buenas por el pueblo y no es justo que ahora se le cuestione». 

Son pocos habitantes, 53 empadronados, y nadie quiere verse vinculado en declaraciones públicas que añadan más leña al ya de por si desbocado fuego. Urgen al Gobierno de La Rioja a tomar cartas en el asunto cuanto antes para poner fin a una época de desgobierno y de impagos a trabajadores y proveedores.

Todo ello en un pequeño municipio de las Siete Villas que, como señalan algunos vecinos «se vive en paz». Una paz que esperan que regrese cuanto antes para recuperar la tranquilidad de la rutina que manaba en Brieva.