«Contaba con encontrarme al lobo en Matute, pero no aquí»

G.B.
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David Ceballos no sale del asombro por el ataque del depredador a una de sus ovejas junto a sus corrales de Santo Domingo de la Calzada, pero mantiene su idea de ser ganadero trashumante

David Ceballos, en una foto de archivo con su rebaño, cerca de donde ocurrió el ataque del lunes. - Foto: Ingrid

Allí donde la famosa leyenda sitúa a la gallina que cantó después de asada, imaginar a un lobo clavando sus colmillos a una oveja en plena mañana, junto a los corrales y al pastor y a escasa distancia de una catedral hito del Camino de Santiago podría parecer otra fábula más para regocijo de turistas. Pero es un hecho real que ha sumido al ganadero David Ceballos, propietario de la oveja muerta, en la preocupación; y a los vecinos de Santo Domingo en la extrañeza por la osadía del cánido al acercarse a un núcleo urbano grande y sin monte. 

«Mi primera reacción cuando el guarda me lo confirmó fue decir que cómo iba a ser un lobo estando yo con el rebaño; es algo que nunca había pasado en Santo Domingo», rememora David, propietario de 1.100 cabezas de ovino a las que pastorea cada día por los alrededores de la localidad calceatense, y que sufrió el lunes el ataque de un lobo que acabó con una de sus ovejas, en plena mañana cuando recogía el ganado en el corrral, en el paraje Agualinos, al norte del municipio en dirección a Villalobar.

El ganadero, que como cada día había sacado a pastar al rebaño hacia las siete de la mañana, no se explica cómo el lobo pudo acercarse tanto y atacar a una de las reses que quedó rezagada cuando los animales regresaban a las cuadras hacia las diez. Fue poco después de dejarlos cerrados y al cuidado de los mastines cuando desde el coche divisó junto al camino el ejemplar muerto, a menos de cien metros del corral. En principio, pensó que tal vez la oveja murió de forma natural y un zorro aprovechó la carne, pero un guarda del Gobierno de La Rioja le certificó que las moderduras eran de lobo.

«Creo que puede ser un lobo errante, porque dicen que en Belorado han visto uno», sospecha David Ceballos, inquieto, pero no desanimado. De hecho, este ganadero que está a punto de ser padre, tiene previsto poner en marcha junto con su mujer una explotación que ha adquirido en Matute y realizar la trashumancia a pie desde Santo Domingo, una práctica que nadie más realiza ya en La Rioja.

«Desanimado no estoy, pero sí preocupado, porque contaba con encontrarme con el lobo allá arriba (en Matute y Tobía, a donde llevará el ganado parte del año), pero no aquí». Aunque tiene seis mastines, no solía sacarlos con las ovejas, por el temor a que puedan asustar a vecinos que pasean por las afueras de Santo Domingo con sus perros. 

A sacar los mastines. Sin embargo, el ataque del lunes le ha hecho reconsiderarlo y este martes tenía pensado salir con dos o tres de sus mastines al soltar de nuevo las ovejas por la tarde, como precaución. El ataque no le quitó el sueño, pero sí le hizo estar más alerta; la misma noche del lunes no pudo evitar acercarse al corral un par de veces, a las once y pasada la una de la madrugada, para comprobar que el rebaño estaba bien.

Para el director general de Biodiversidad de la Consejería de Sostenibilidad y Transición Ecológica, José Luis Rubio, la aparición de un lobo en Santo Domingo puede extrañar, pero no es algo descabellado, dado que había ya constancia de presencia de esta especie en la cercana Ojacastro, y en otros territorios, como en la provincia de Valladolid, se les ha visto a plena luz del día y en mitad de un sembrado. Lo importante ahora, según Rubio, es realizar un seguimiento sobre el movimiento de lobos en el Valle del Oja y determinar si el ataque de Santo Domingo ha sido ocasional. De repetirse otro episodio de daños, se hablaría con el ganadero para ofrecerle algún tipo de ayuda, como un cerramiento para el rebaño. Por el momento, el caso no llega ni al nivel de gravedad de 'semáforo amarillo' ni a plantearse la opción de una 'extracción', prevista ante ataques recurrentes.

 

Ni odio ni exterminio

¿Cómo es posible que un depredador que rehuye a los humanos y se esconde en el monte se acercase tanto a un casco urbano? David Ceballos cree que tal vez el lobo pudo llegar desde el monte Sampol, en la zona de Santurde, atraido por jabalíes o corzos que merodean por la zona. Como otros productores de extensivo, no odia a los lobos ni pide su exterminio. «Somos los mayores ecologistas, pero es necesario un control, porque los que estamos en peligro de extinción somos los ganaderos», apunta David, para quien los 142 euros de indemnnización no son la solución. El director general de Biodiversidad confirma que una vez que el acta levantada por un técnico de la Consejería certificó que la  oveja murió por la acción de un lobo se inicia la gestión para atender la responsabilidad patrimonial y pagar la ayuda. Rubio recuerda el acuerdo alcanzado con los representantes ganaderos en la Mesa de la Ganadería Extensiva y del Lobo, sobre el que descansan tanto el recintemente aprobado Plan de Gestión como el protocolo de intervención en casos de ataques.