«De la religión a actuar en nombre del feminismo"

Y.Ilundain
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El escritor y periodista Arcadi Espada presenta mañana jueves 26 en el Espacio Santos Ochoa de la calle Calvo Sotelo de Logroño su último libro 'Vida de Arcadio', un reportaje íntimo escrito en segunda persona en el que reflexiona sobre la juventud

«De la religión a actuar en nombre del feminismo" - Foto: José Luis Laborda

rcadi Espada (Barcelona, 1957) navega a menudo contracorriente y eso le sitúa en el ojo de la polémica. «A veces la gente reacciona de una manera violenta porque tengo  una postura firme sobre el nacionalismo en Cataluña y las identidades. No hago las cosas para ir a contracorriente sino que lo que hago es pensar por mí mismo con independencia de las presiones», dice, mientras defiende que «escribir sin libertad no es escribir. El periodismo sin libertad no existe».

¿Qué ha querido contar en 'Vida de Arcadio? 

Este libro es la historia de un joven que vivió en España entre el año 75 y el golpe de Estado de Tejero, y cuenta también la historia de la joven democracia española. La juventud de Arcadio coincidió  con la juventud de esta democracia. El libro está escrito desde el presente porque el pasado solo se puede mirar con los ojos del presente Esa idea de que hay que mirar al pasado con los ojos del pasado no tiene sentido.

¿Qué hay de usted en ese joven Arcadio que protagoniza su libro?

Nos parecemos bastante e incluso tenemos el mismo código genético, pero no somos la misma persona. Una de las tesis del libro es que los yoes son sucesivos y, aunque haya hilos de continuidad genéticos y culturales entre unos y otros, no responden a la misma identidad.

En sus páginas reflexiona y desmitifica la juventud. ¿La juventud está sobrevalorada?

La juventud tiene valores indiscutibles. Los jóvenes tienen  el monopolio de la belleza y por mucho que se empeñen no hay belleza en la vejez . Pero los jóvenes no están capacitados para la política, para gobernar un país porque no entienden bien cómo va el mundo. Uno de los graves problemas de España ha sido que hemos tenido personas demasiado jóvenes mandando en puestos muy altos. Arcadio era un joven chico comunista que decía muchas tonterías porque no sabía cómo iba el mundo, pero cuando las tonterías se dicen desde un Consejo de Ministros, la preocupación crece. 

En 'Vida de Arcadio' habla de la transición democrática. ¿Conocemos bien esa época? 

Absolutamente, otra cosa es que los intereses políticos del presente finjan no conocerla. Lo que sucedió en la transición está documentadísimo. Existe un relato objetivo colectivo, así que esa idea grotesca de que nos han ocultado lo que ha pasado es completamente ridícula.

Defiende que no existe la libertad y que no es más que una ilusión

Todas las decisiones que alguien toma en su vida son las únicas que puede tomar porque no podemos cambiar el estado del mundo. El libre albedrío es una ilusión. La libertad humana es una ilusión con la que convivimos sabiendo que todos nuestros actos están predeterminados. Para vivir hemos inventado la libertad, como hemos inventado la religión para combatir la muerte. 

Hablemos de otra libertad, la de expresión. ¿Qué le parece que la gente se ofenda por todo?

En el libro, en un momento determinado, le pregunto al joven Arcadio  si ahora lucharía en mi lado en las barricadas porque él luchó contra los capellanes que querían imponerle su moral judeocristiana. Yo lucho contra otro tipo de capellanes, contra unas capellanas de izquierdas que nos dicen que el testimonio de la mujer es más valioso que el del hombre en cualquier circunstancia que los encare a los dos. Nos dicen una serie de barbaridades sobre la libertad como que las mujeres pueden disponer de su cuerpo para abortar, pero no para tener un vientre de alquiler. 

   Ayer se actuaba en nombre de la religión y ahora en nombre del feminismo y de otras identidades y pretenden que el mundo gire en torno al concepto de la identidad antes que el concepto de la libertad. 

Las drogas estaban muy presentes en la generación de Arcadio. ¿Le molesta que se banalicen?

Me molesta profundamente. Es un tema en el que soy muy beligerante. Las drogas tiene prestigio, incluso literario, y se hace apología de algo que está destruyendo a millones de jóvenes en el mundo. Es un asunto al que se le da muy poca importancia. La violencia contra las mujeres es un problema social que se debe denunciar, pero sus efectos son incomparable a los que tienen las drogas. La destrucción que causan las drogas no está en las primeras páginas de los periódicos ni está en la conciencia colectiva de la gente.

¿Cómo ve a la clase política?

España está en una crisis profunda después de haber vivido medio siglo de expansión , de felicidad, de optimismo. España está en mal momento y el periodismo y la política son  ejemplos de ello.

En aquella Cataluña de la transición que aparece en 'Vida de Arcadio' ¿ya estaba el germen de la actual Cataluña nacionalista e independista?

Sí, naturalmente. Hace 25 años, escribí un libro 'Contra Cataluña' donde ya estaba lo que iba a pasar. No hay una gran diferencia con entonces. El puyolismo acabó generando el 'proceso'  que es el final de una aventura que empezó moderadamente. Eso se ha dado mucho en la historia de Cataluña. Es una norma del nacionalismo: empieza la ascensión a la montaña de una forma moderada y, de repente, tiene una algarada que en este caso acaba con Puigdemont y Junqueras en la cárcel o en el exilio. Es una cuestión que se viene repitiendo porque la idea nacionalista sigue teniendo en Cataluña mucho prestigio, un prestigio insólito. Son ideas malignas, pero eso no quita para que formen parte del patrimonio de mucha gente inteligente.

¿Qué sentimiento le produce que Pedro Sánchez pueda pactar con los independistas catalanes para mantener el Gobierno de España?

Ha llegado a un extremo de dejación constitucional bastante extravagante. Hablamos de que ha indultado en Cataluña a delincuentes que causaron un daño muy profundo a la ciudadanía española y catalana. Además, estos indultos no han servido para el arrepentimiento de los indultados y es una profunda inmoralidad. Ha actuado como un gobernante muy menor y muy corrompido por la propia necesidad del poder. Ahora bien , lo que este hombre hace lo hizo Pujol durante muchísimos años. Cada vez que había un Gobierno débil en España, Puyol negociaba cambiando cromos. Pero no veremos una Cataluña independiente.

¿Cómo está el periodismo actual? 

Todo el mundo conoce las dificultades que atraviesa este oficio desde que la aparición de internet rompió el viejo sistema cultural, y cada vez se hace más perentoria la necesidad de salir de esta crisis. Toda esta proliferación de redes, de consumo desaforado de noticias y de supuestas noticias requiere reforzar el filtro que es el periodismo. El periodismo funciona como un riñón, filtrando la verdad de la mentira, lo importante de lo que no lo es, lo urgente de lo que no. Establece un guión fiable sobre el mundo que conduce a los ciudadanos a apreciar lo que es verdaderamente importante. El periodismo pone cada noticia en su sitio. La necesidad del periodismo es cada vez más clara como vemos en las guerras de propaganda en torno a las matanzas en Gaza.