"Hace falta más formación para los profesionales"

David Hernando Rioja
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La presidenta de Fibro Rioja, Mercedes Pérez, demanda mayor rapidez a la hora de que los médicos den el diagnóstico

La presidenta de Fibro Rioja, Mercedes Pérez, posa con un marco de flores moradas - Foto: Óscar Solorzano

Dolores generalizados, agotamiento profundo, incomprensión y desconocimiento. Estos son algunos de los muchos problemas que tienen las personas que padecen fibromialgia y fatiga crónica.

La presidenta de Fibro Rioja, Mercedes Pérez, explica que la fibromialgia y la fatiga crónica pertenecen al grupo de enfermedades de síndromes de sensibilización central.  «Estas afectan a varios sistemas biológicos como el digestivo, dermatológico, nervioso, locomotor o inmunológico, entre otros», indica.

El problema, señala, es que existen una gran variedad de síntomas que puede manifestar los pacientes. Detalla que las personas con fibromialgia tienen un dolor crónico que pueden cursar insomnio, fatiga, dermatitis o soriasis, pero «el fundamental es el dolor crónico y continuado».

El dolor está presente en varias zonas del cuerpo, desde las caderas, hasta los hombros, el trapecio, los pies, la piernas, las manos, e incluso hay personas con migrañas. Otro aspecto característico de las personas con este problema es que tienen fatiga crónica, «que les hace estar discapacitadas», apunta Pérez.

Denuncia que es difícil hacerle frente a la fibromialgia y a la fatiga crónica. Asegura que hace falta formación de los profesionales, ya que «en La Rioja no tenemos médicos que diagnostiquen bien estas dos enfermedades». «Esto hace que haya que remitirles a Cataluña, País Vasco, Madrid o Valencia», apunta.

Objetivo. Pérez explica que el objetivo de una mayor formación es que haya un diagnóstico más rápido, «lo que ahorraría muchas penurias al paciente y dinero al contribuyente». «Están seis años peregrinando por distintos especialistas y pruebas hasta conseguir un diagnostico cuando hay profesionales en otras comunidades que lo identifican con la suficiente brevedad», critica.

Reconoce que el diagnóstico es clínico, es decir, no existe un biomarcador pero «que no exista no quiere decir que el análisis no sea científico». «Hay evidencias que lo avalan, por lo que se puede diagnosticar», concluye.