La 'batalla' aérea

Gustavo Basurto
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El Ayuntamiento sopesa comprar halcones para ahuyentar a las palomas y refuerza el control con una campaña de retirada de nidos y capturas con cañones lanza-redes. Desde julio de 2023 se han retirado 647 nidos de torcaces, las más molestas

Un empleado de la empresa Larus acciona el cañón lanza-redes para capturar a un grupo de palomas comunes. - Foto: Óscar Solorzano

Es una pelea constante en la que el contendiente aparentemente más débil, las palomas, ha llevado hasta ahora las de ganar, y en la que el Ayuntamiento de Logroño contrataca con nuevas armas, aunque hay que aclarar que la guerra es incruenta, porque ninguna de las aves que se capturan se sacrifica. Hasta ahora, el control de la plaga de palomas, especialmente las torcaces, antaño una especie silvestre y ahora acantonada en las ciudades en forma de plaga, le ha dado verdaderos quebraderos de cabeza al Ayuntamiento, por la dificultad que entraña capturarlas.

Esta semana se ha llevado a cabo una campaña para tratar de apresar torcaces con cañones lanza- redes y retirada de nidos, a la que se suman el empleo continuo de ultrasonidos y altavoces con cantos de aves rapaces. Pero el equipo de Gobierno municipal sopesa reforzar esos métodos con uno nuevo: la compra de una o dos parejas de halcones para que aniden en edificios altos, en la estructura de un puente o en algún risco del Monte Cantrabria e intimiden a la población de palomas.

«Es una alternativa que tenemos en estudio y que funciona, porque los halcones ahuyentan a las palomas; quizás a finales de año podríamos tener la primera pareja», explica el concejal delegado de áreas como Medio Ambiente, Limpieza y Bienestar Animal, Jesús López. Mientras tanto, la estrategia para contrarrestar esta 'pesadilla con alas' consiste en perseverar en las acciones periódicas de la empresa Larus, adjudicataria del control de plagas, y en campañas esporádicas como la de este martes y miércoles, centrada en Joaquín Elizalde, Santa Juliana, Rafael Azcona, Martínez Flamarique, Rosario Lamela, la Glorieta, las Palazzinas y plaza Derechos Humanos.

Como se temía, los cañones lanza- redes solo atrapan ejemplares de paloma común (bravía), porque las torcaces (Columba palumbus) son esquivas y aunque se acercan a comer a los cebaderos de grano y pienso, al detectar a los operarios de Larus a menos de seis u ocho metros echan a volar. Otro método, las jaulas trampa en edificios, tampoco funciona con las torcaces. Las 20.063 palomas atrapadas con jaulas desde agosto de 2022 a marzo de 2024, salvo dos, eran comunes. A ello se suma que el Gobierno regional solo permite capturar un máximo de 25 torcaces, al ser una especie protegida, como las tórtolas, presentes igualmente en la ciudad, aunque en mucho menor número. Molestos son también los estorninos, pero son migratorios y se asientan en Logroño un tiempo y luego se van. Más efectivo contra las torcaces, muchas de las cuales ya no emigran como antes, es la retirada de nidos. Desde el 10 de junio de 2023 hasta el 3 de abril del presente año se han quitado de árboles y edificios 647 anidamientos, la gran mayoría de torcaces.

La retirada suele concentrarse de mayo a octubre, dado que algunas torcaces emigran a partir de ese mes, y se efectúa con autorización del Gobierno de La Rioja, que antes solo lo aceptaba cuando los puntos de cría estaban sobre bancos o zonas de juegos infantiles, por riesgo higiérico, y ahora se permite por toda la ciudad.

PESADILLA PARA LA LIMPIEZA. Las torcaces, cuyo cuerpo es más del doble que una paloma común, ponen en jaque al servicio limpieza urbana por la acumulación de excrementos, lo que encarece el coste de la contrata y aumenta el gasto en agua de mangueras e hidrolimpiadoras. Aunque esta especie ha colonizado toda la ciudad, tiene querencia por determinadas zonas, donde se intensifica la eliminación de nidos. Y el paraíso de las Columba palumbus es el Parque del Carmen, de donde en un año y nueve meses se han desmantelado 48 nidos, siempre sin pollos ni huevos. Otros lugares clave son la Plaza Primero de Mayo (41 nidos retirados), Santa Juliana (33), plaza Los Tilos (29), parque San Adrián (23) o la plaza Joaquín Elizalde (21), entre otros.

Pese a las dificultades para frenar la superpoblación de palomas torcaces, la acción contra sus nidos está dando ya resultados, y la captura con jaulas también, aunque en este último caso limitado a las comunes. El concejal Jesús López asegura que la estrategia se ha intensificado desde 2023 «y los efectos se notan ya». El edil estima que las capturas, la mayoría de bravías, llegará al millar este año. Esa mejoría la confirma también el director general de Medio Amb iente del Ayuntamiento, Pedro Manuel San Juan, que apuesta por insistir en la retirada de nidos y en los métodos de ahuyentación, que junto a las capturas se ha traducido en menos quejas vecinales y en menor suciedad en las calles.

¿Cuál es el destino de las palomas comunes que se capturan? La empresa concesionaria las traslada al municipio navarro de Berbinzana, a casi 70 kilómetros de Logroño, donde se sueltan en un entorno de montaña. A las torcaces, si se encuentra un método para capturarlas, Larus las llevaría a parajes silvestres de Galicia.

 

Un problema con coste económico y social

¿Cuántas palomas hay en Logroño? Imposible saberlo, aunque el Ayuntamiento tiene previsto incluir en el próximo pliego de condiciones para el contrato de control de plagas la elaboración de un censo que sirva de indicador sobre el aumento o descenso de la población de estas aves. Lo cierto es que la superpoblación que sufre la ciudad, como muchas otras, se traduce en un mayor esfuerzo e los trabajos de limpieza diaria y en un «coste social», como define el director general de Medio Ambiente del Consistorio logroñés, Pedro Manuel San Juan las quejas que llegan por la presencia de excrementos, principalmente en bancos y aceras. Además de los parques preferidos por estas aves, el Ayuntamiento ha detectado varios edificios abandonados del casco antiguo, con ventanas abiertas o rotas, convertidos en auténticos palomares. Como apunta San Juan, por lo general la ciudadanía está concienciada sobre la necesidad de tomar medidas para controlar la plaga de palomas, aunque hay también quien lo critica al considerarlas parte de la biodiversidad.