Saldo positivo en empresas y volumen de ventas con Calatuña

Feli Agustín
-

El cambio de sede social de una de las compañías de renombre, Codorniu, a Haro, donde posee Bodegas Bilbaínas, permite a la comunidad una ventaja superior a 150 millones de euros

Bodegas Bilbaínas de Haro, donde mantiene su sede social Codorniu. - Foto: Óscar Solorzano

El acuerdo entre Junts y el PSOE que, si no se producen sorpresas de última hora, servirá para ratificar el jueves a Pedro Sánchez como presidente de Gobierno, contempla, entre los supuestos recogidos para el voto afirmativo del partido de Carles Puigdemont,  abordar «los elementos esenciales de un plan para facilitar y promover el regreso a Cataluña de la sede social de las empresas que cambiaron su ubicación a otros territorios en los últimos años».

La inestabilidad generada entre las empresas por el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 ha provocado la marcha de  más de 8.000 sociedades, entre ellas el Banco de Sabadell, la Caixa, Allianz, Abertis o Colonial, y ha tenido también su eco en La Rioja que, a pesar de no recibir un gran volumen, sí acogió una de las joyas de la corona, Codorniu, que trasladó su sede social a Haro, donde es propietaria de Bodegas Bilbaínas.

El balance, según los datos que facilita de manera trimestral Informa D&B, es positivo para esta comunidad, que ha recibido en este periodo 25 empresas más de las que se han ido, aunque la ganancia se constata en volumen de negocio, gracias a la compañía bodeguera, en más de 150 millones.

En 2016 no se registró ningún movimiento de empresas entre ambas comunidades, circunstancia que ya cambió en 2017, ejercicio en el que el 1 de octubre tuvo lugar el referéndum de autodeterminación. Si bien es cierto que no se desarrolló hasta el último trimestre del año, el ambiente que lo precedió ya generó inquietud entre las empresas.

De hecho, Félix Revuelta, presidente de la UD Logroñés, que el domingo participó en las concentraciones contra al amnistía  a los «responsables [políticos] y a los ciudadanos que, antes y después de la consulta de 2014 y del referéndum de 2017, han sido objeto de decisiones o procesos judiciales vinculados a estos eventos», que según se ha concretado, abarca desde el 1 de enero de 2021 hasta ayer mismo, trasladó  el domicilio social de su empresa Naturhouse de Barcelona a Madrid.

Las cifras de salida se dispararon en beneficio de otras comunidades, principalmente Madrid, pero también de la Comunidad Valenciana y de Aragón. En concreto en el año del referéndum abandonaron la comunidad catalana 1.863 empresas, de las que once recalaron en La Rioja, que es año acogió 48 nuevas, de las que un número mayor, 14 procedían de Madrid. Las entradas desde Cataluña le supusieron a esta comunidad 1,9 millones en cifra de ventas, mientras que las salidas, que se elevaron a tres, no muestran montante económica.

En el ámbito nacional, la cifra más alta se registró la penúltima semana de 2017 con 307 cambios de domicilio publicados. Por lo que se refiere a La Rioja recibió dos en octubre, tres en noviembre y cuatro en diciembre.  Fue en octubre de 2017 cuando, precisamente, se trasladó la empresa de mayor renombre que se ha mudado a esta comunidad en los últimos años: Codorniu instaló su sede social en Haro, donde es propietaria de Bodegas Bilbaínas y donde, según confirmaron ayer desde la firma de Sant Sadurní, permanece.

16 inscritas en 2018. El año que más empresas procedentes de Cataluña contabilizó La Rioja fue 2018, 16, mientras fueron únicamente dos las que dejaron esta comunidad. Fue en dicho ejercicio en el que se hizo efectiva la mudanza de Codorniu, lo que se reflejó en la cifra de ventas que sumaron las recién llegadas, que ascendió a 158,2 millones de euros en un ejercicio en el que la facturación conjunta de las empresas que salieron de Cataluña ascendía a más de 153,1 millones.

El año siguiente supuso el fin del éxodo masivo y se trasladaron a esta región cinco mercantiles, solo dos más que las que se fueron, con una cifra de ventas  positiva de 1,2 millones. La cifra fue paulatinamente descendiendo y en 2020, el número de entradas fue el mismo que el de marchas, cuatro;mientras que en 2021, cuatro vinieron y tres se fueron, con el saldo positivo de un millón de euros en volumen de ventas para Cataluña.

El año pasado fue favorable para dicha región (6 a 4), aunque el volumen de negocios fue el mismo, un millón;y en los tres primeros trimestres de este año, dos han dejado La Rioja y una se ha asentado. Hay que esperar para comprobar cómo la evolución de los recientes acontecimientos políticos afectan a la empresas, aunque las principales organizaciones ya han mostrado sus rechazo a los términos del acuerdo entre PSOE y Junts.

¿Efecto contrario? El presidente del Colegio de Economistas, Ernesto Gómez, no vaticina una vuelta masiva de sociedades a Cataluña. «Las empresas quieren seguridad jurídica para lo que hay dotar de estabilidad a las instituciones», argumenta el economista, que considera que este tipo de acuerdos «lo que menos otorgan es estabilidad», lo que le  hace prever que el pacto provoque el impacto contrario «y suba la presión». Esta circunstancia puede ser el caldo de cautivo para un nuevo éxodo masivo, por lo que el «efecto puede ser el contrario».

Gómez recuerda que el Gobierno de Mariano Rajoy  facilitó el «cambio rápido»; reformó la Ley de Sociedades de Capital para que el proceso de mudanza de sede social de cualquier mercantil no requiriese la convocatoria de una junta de accionistas, sino que es suficiente con una decisión del consejo de administración, lo que  acelera los plazos. El decano de los Economistas menciona también que el acuerdo de legislatura recoge la cesión del 100% de la recaudación de tributos a Cataluña, una circunstancia que ha alertado a los inspectores de Hacienda, que han advertido de que podrían trasladarse, de la misma manera, las competencias de inspección y gestión. «De concretarse, podría suponer que la agencia catalana tuviera criterios diferentes a la Agencia Tributaria estatal», aventura Gómez, que señala que, en ese caso hipotético, podrían establecerse incentivos «perversos» para el retorno de empresas.