«Nací un 11 de junio; creo que estaba predestinado a cofrade»

Javier Alfaro P.
-

Fernando Azofra Solozábal es el cofrade mayor de la Cofradía del Pez que mantiene, año tras año, la tradición de tomar el pan, el pez y el vino cada San Bernabé.

Fernando Azofra Solozábal, cofrade mayor de la Cofradía del Pez de Logroño. - Foto: Óscar Solorzano

El requisito para ser cofrade de número de la Cofradía del Pez de Logroño es haber nacido en la ciudad y defender sus tradiciones. Solo hay 26 cofrades de número, como resultado de la suma de 11+6+1+5+2+1 (11 de junio de 1521). Si, además, como Fernando Azofra Solozábal, se ha nacido el mismo día de San Bernabé, en su caso de 1952, parece «que estaba predestinado a ser cofrade».

Fue en 1994 cuando este logroñés entró a formar parte de la entidad, de la que ahora está al frente, al ser el más veterano con posibilidad de dirigirla. Su cometido es mantener, año tras año, el recuerdo y la tradición más típica de las fiestas patronales, la entrega del pan, el pez y el vino el día 11. 

Este año, 900 kilos de alevines de trucha de piscifactorías riojanas, 1.600 barras de pan sobado de La Rioja y 1.000 litros de vino, por supuesto, de la Denominación de Origen Calificada Rioja. En el puente más riojano todo es de kilómetro cero, «de aquí». Además, habrá una jarrita conmemorativa para quien lo colecciones, «aunque muchos optan por utilizar los vasos desechables». En total se esperan repartir unas 26.000 raciones.

Economista jubilado, que fue propietario de una fábrica de harinas y preside una empresa de fabricación de envases, considera que ser cofrade es un sentimiento «muy logroñés, al poder ofrecer el pan, el pez y el vino, yo me presenté y me dieron el visto bueno».

Recuerda haber vivido siempre las fiestas de San Bernabé, participando de ellas, en ese acto, pero también «recuerdo haber portado el Santo en la procesión porque en diferentes épocas lo hacían los colegios, las peñas, el Ayuntamiento y yo lo hice cuando se necesitaba gente dispuesta a hacerlo desinteresadamente hasta que surgió la Cofradía de San Bernabé. Nosotros, la del Pez, lo llevamos desde Santiago hasta la calle Portales en esta fecha».

Apunta que «lo más importante es tener ganas de mantener la tradición, pero también conservar las enormes cazuelas que usamos para freir los peces, los quemadores, conseguir el gas, que haya suficiente vino y pan, para lo que antes teníamos un panadero que hacia los 26.000 bollitos pero desde que se jubiló el año pasado, contamos con ARFEPAN, asociación de panaderos, que desde el año pasado hacen el pan sobado que le va muy bien a la trucha».

Este año, los cofrades de número, eméritos y de honor -entre los que se encuentran los dos últimos regidores de Logroño, Cuca Gamarra y Pablo Hermoso de Mendoza- comenzará el reparto, como es habitual, sobre las 10.30 horas y hasta que se acaben las raciones, sobre las 14 horas no dejarán a ningún logroñés sin su pincho más característico, el que conmemora la resistencia de la ciudad ante el asedio francés.