«Nuestras familias ya se conocían y el cambio fue fácil»

Javier Alfaro P.
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Sombrerería Dulín es un clásico del comercio logroñés de calidad que se ha reinventado, ahora en manos de la familia Albero, sin perder su esencia

Rafael Albero, al frente de Sombrerería Dulín. - Foto: Óscar Solorzano

La tradicional Sombrerería Dulín de la calle Portales de Logroño, fundada en 1896, se mantiene fiel a su clásico estilo, incluso con un cambio de propiedad mediante. 

Ahora, es la firma Sombreros Albero, con presencia en gran parte del país la encargada de la tienda, que conserva sus elementos característicos: desde el letrero, hasta el escaparate, pasando por las características estanterías a medida.

Rafael Albero, responsable de la firma, apunta que realmente son fabricantes de sombreros que venden en todo tipo de tiendas especializadas y, ahora, también gestionan tiendas en las que se venden productos de su marca pero también de otros fabricantes de gran calidad.

«Nos conocemos de siempre, son cuatro generaciones, trabajabámos con ellos y seguimos haciéndolo porque el local es de su propiedad. Ambos sabíamos del otro y cuando las hermanas no pudieron continuar en 2017 llegamos pronto a un acuerdo», reseña.

Su tradición «se inicia en Valencia en 1820 y actualmente tenemos una decena de sombrererías en toda España», indica Albero, que defiende los comercios tradicionales con su aspecto original. «Cuando cogemos un local, lo hacemos en el casco antiguo de las ciudades, manteniendo su esencia y lo único que cambia es el rótulo». En Logroño ni siquiera eso, únicamente han añadido pegatinas identificativas de Sombreros Albero en redes sociales y de la tienda virtual sombrerosdulin.es/

Apunta que «al no ser franquicia, no buscamos que todos los establecimientos sean iguales, preferimos no cambiar y meternos en la idiosincrasia de cada ciudad». Ejemplo de ello es, precisamente, Logroño. «Podríamos haberle puesto Albero, pero Dulín es sinónimo de sombreros aquí, con una reputación excelente, así que mantenemos lo que hay, lo potenciamos y lo mejoramos». 

Comenta que inicialmente en la tienda logroñesa la venta se ceñía más a caballero, «así que hemos potenciado más lo de señora; pero también vendemos los calcetines de mejor fabricación y calidad, que son españoles, de Punto Blanco; otras líneas más creativas, también de gran calidad; una gama de carteras con protección para las tarjetas; camisas divertidas de La vespita y de Gold Lyon, cómodas y de muy alta calidad, e incluso guantes, carteras bolsos y paraguas, ligeros y con 5 años de garantía, para locales y visitantes, aprovechando la gran ubicación».

No solo venden, remarca, también asesoran. Ofrecen diferentes tallajes, adaptaciones, consejos de cuidado y mantenimiento, un servicio muy completo para la satisfacción de la clientela que, incluso, «vuelve gente de otras comunidades que aprovechan una visita turística para repetir en Dulín».