El Planeta se ahoga en un mar de plástico

SPC
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Los expertos urgen a actuar para reducir la contaminación por este material, convertido en una plaga que amenaza todos los ecosistemas y perjudica gravemente la salud

La ONU quiere cerrar a finales del próximo año un acuerdo internacional para luchar contra el problema de los plásticos. - Foto: Imagen de Freepik

Toneladas y toneladas de plástico inundan ríos, lagos y océanos. Invaden el agua, pero también las montañas, zonas superpobladas y las islas más remotas. Desde la Antártida al Ártico, su presencia se ha extendido por tierra, mar y el aire que respiramos, llegando, incluso, a nuestro organismo a través de los alimentos que consumimos. Porque las bolsas, botellas y otros artículos elaborados con este material se han convertido en una verdadera plaga, difícil de erradicar, que asfixia al Planeta, perjudica seriamente la salud y amenaza todos los ecosistemas y las especies que los habitan.

Por eso, el Día Mundial del Medio Ambiente de este año se centra en explorar las soluciones a la contaminación por plásticos, con Costa de Marfil como país anfitrión. Una celebración que se enmarca en el 50 aniversario de esta jornada reivindicativa con la que Naciones Unidas busca impulsar un mundo más sostenible. En este sentido, la ONU tratará de combatir la preocupante acumulación de estos residuos en el medio ambiente con un futuro acuerdo que se intenta cerrar para finales de 2024 y dentro de las negociaciones abiertas hace algo más de un año para avanzar en este asunto.

«Si no hacemos nada, la generación de residuos plásticos se triplicará de aquí a 2060», advirtió hace unos días el presidente francés, Emmanuel Macron, en un mensaje dirigido a los responsables ambientales de 175 países, durante la apertura de la segunda reunión de alto nivel para avanzar hacia un tratado internacional. El objetivo es que en el último de estos encuentros -previsto en Corea del Sur a finales del próximo año- se pueda llegar a un acuerdo que ayude a terminar con este problema global.

Los expertos consideran urgente la necesidad de actuar para detener la contaminación ligada a este material, cuyas consecuencias son nefastas en todos los sentidos. 

Las cifras hablan por sí solas. Cada año se producen en el mundo más de 400 millones de toneladas, la mitad concebidas para una vida útil de un solo uso. Menos del 10 por ciento se recicla y son millones las toneladas de desechos plásticos que se han diseminado en la naturaleza. Lejos de disminuir este problema con el tiempo, la producción global de plásticos no ha hecho más que dispararse, especialmente en las décadas más recientes. De hecho, en los últimos 10 años se ha generado más plástico que en toda la historia de la humanidad. 

«La contaminación por plásticos es una plaga a escala planetaria de la que solo ahora nos hemos comenzado a dar cuenta. A este ritmo, el sector plásticos emitirá 56.000 millones de toneladas de CO2 de aquí a 2050», advirtió en este sentido Macron. Se trata del 10 del volumen de emisiones que es necesario recortar para mantener el calentamiento climático a un máximo de 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales.

Además, preocupa especialmente el fuerte impacto de los microplásticos sobre la salud de las personas. Se trata de pequeños fragmentos de menos de cinco milímetros presentes en la inmensa mayoría de los productos, que, por su reducido tamaño, acaban también en el suelo y en el agua. Como consecuencia, buena parte de las partículas se ingieren y transfieren a lo largo de la cadena alimentaria. 

Para resolver esta crisis, urge que gobiernos y empresas de todo el mundo amplifiquen e implementen medidas eficaces para combatir este problema, si bien es cierto que la emergencia va calando entre la sociedad y son cada vez más las compañías que impulsan distintas iniciativas, no solo en este asunto, sino en todos los ámbitos que impliquen avanzar en sostenibilidad, descarbonización y la protección del medio ambiente.

En este contexto, los expertos coinciden en que es responsabilidad de todos formar parte de la lucha, al tiempo que insisten en aprovechar la ciencia para avanzar hacia soluciones tangibles que puedan evitar que la Tierra se ahogue en un mar de plástico.