Crecer desde la defensa

Gonzalo Ortega
-

El Ciudad de Logroño se reencuentra con la victoria casi un mes después en el Palacio al superar al Puente Genil gracias al gran trabajo defensivo durante todo el partido

Thiago Alves Ponciano celebra uno de los tres goles que anotó frente a Puente Genil. - Foto: Óscar Solorzano.

Más de una vez habrá escuchado eso de que «No hay mejor defensa que un buen ataque», frase sacada de 'El Arte de la Guerra', del filósofo chino Sun Tzu. Ayer el Ciudad de Logroño le dio la vuelta a su manera y proclamó que no hay mejor ataque que una buena defensa. En la defensa se cimentaron las bases de su triunfo frente al Angel Ximénez Puente Genil en el Palacio de los Deportes por 24-21 para reecontrarse con la victoria en Liga Asobal tres jornadas después.

El partido no era sencillo. Los precedentes no invitaban al optimismo de un equipo franjivino que solo había ganado un encuentro desde el 10 de septiembre (en competición regular contra Balonmano Torrelavega) de los diez que había disputado. Además, los cuatro últimos la imagen de los de Velasco no había sido buena, tras desconectar en todos ellos en la segunda parte hasta caer derrotados.

El de ayer fue un partido importante, y los chicos del Ciudad de Logroño lo sabían. Tras diez días de descanso, costó a ambos equipos encontrar el ritmo de competición, en un inicio de partido lento y sin fluidez. Fue un adelanto de lo que iba a ser todo el primer acto. Ambos equipos lo intentaban, pero ninguno se encontraba lo suficientemente cómodos sobre la pista. Fueron los locales quienes quisieron asomar tímidamente la cabeza para tratar de escaparse en el luminoso, pero pronto el grupo cordobés abortó sendos intentos en el 5-3 y en el 9-7. A los franjivinos les faltó precisión y los cordobeses se encontraron con Mohamed Aly, que no permitió a los visitantes adelantarse ni un solo segundo de la primera parte. Con el marcador igualado a diez goles se llegó al descanso.

El guion prosiguió en los primeros compases de la segunda mitad, hasta el empate a doce. Ahí fue cuando los locales decidieron dar un zarpazo e ir definitivamente a por el partido al aumentar las pulsaciones y la circulación en cada posesión de ataque. El buen hacer de Aly en la portería, junto con el acierto que los de Velasco no habían tenido en el primer acto les permitió abrir una brecha de tres goles hasta el 17-14.

En ese momento, la exclusión de Mahamadou Keita se convirtió en la penitencia de los cordobeses. Optaron por dejar la portería vacía con el riesgo que eso conlleva y el Logroño no perdonó. Las pérdidas en ataque del Puente Genil fueron aprovechadas por los franjivino para anotar a portería vacía y con rápidos contragolpes y aumentar la renta hasta seis goles (21-15) para asestar un golpe definitivo al encuentro en el momento preciso

Por fin, encontraron la concentración que se les exigía y que tan necesariaera  para mantener el resultado a favor y no tirar por la borda todo el trabajo hecho minutos previos. Desde ese momento, el paso de los minutos significó una excelente gestión de la renta que, pese al acierto cordobés en la fase final del mismo, nada pudo hacer para impedir la victoria franjivina, que aleja fantasmas y permite afrontar la salida a Benidorm, octavo, con otra mentalidad.