La viña evoluciona con buen estado y ocho días de adelanto

Feli Agustín
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Las tormentas recientes no han provocado daños generalizados y han ayudado a aliviar la sequía. Se deben reforzar los tratamientos contra la enfermedad, lo que incrementa costes de producción

Aspecto de una viña de El Cortijo en la mañana de ayer. - Foto: Óscar Solorzano

Uno de los cultivos más importantes de La Rioja, y sin duda, el más emblemático, la viña, se adentra en la recta final de su evolución, ciclo que parece que culminará antes que nunca. Así lo apuntan las organizaciones profesionales agrarias, que estiman un adelanto para la próxima vendimia de unos ocho días, lo que no es óbice para que el desarrollo vegetativo y sanitario de la vid sea óptimo. Las condiciones climatológicas, que han condicionado específicamente esta campaña la germinación y crecimiento del conjunto de cultivos y frutales, han afectado también a la viña, aunque, de momento, los perjuicios han sido limitados.

«La información facilitada por los técnicos y el Consejo Regulador indica que el estado vegetativo es bueno», confirma Igor Fonseca, secretario general de ARAG-Asaja, que avanza que la recogida de la uva podría comenzar «ocho o diez días antes» que el año pasado, que ya presentó una vendimia temprana. Asienta su vaticinio en el hecho de que durante la primera semana de julio ya se apreciaba racimos que estaban enverando en Rioja Baja, situación que todavía no se constata en Rioja Alta.

No obstante, las altas temperaturas diurnas se compensan con más bajas por la noche, un contraste «que siempre es bueno para el ciclo vegetativo y madurativo de  la uva», que goza de un estado sanitario óptimo, propiciado por las últimas lluvias, que ha aliviado la alarmante situación de sequía que  comenzaba a afectar a algunas viñas. Reconoce que hay vides que pueden arrastrar «algún problema», que «se está llevando de la mejor manera posible», aunque hay municipios más afectados por las fuertes tormentas de las pasadas semanas -Uruñuela, Huércanos,  Fuenmayor, Aldeanueva o Rincón- donde los agricultores no pueden acceder a la viña para aplicar tratamientos preventivos contra el  mildiu o el  oídio ante la situación en la que se encuentran los caminos. «Estamos urgiendo para ello a los ayuntamientos, que ya están tomando cartas en el asunto junto al Gobierno y a la Delegación de Gobierno», explica Fonseca, que entiende que el pedrisco sí que ha podido afectar a algunos viñedos, aunque la mayoría han sufrido daños poco significativos.

Más tratamientos. Roberto Salinas, responsable vitivinícola de la Unión de Agricultores y agricultor de Briñas,  informa de que las tormentas han provocado la manifestación del mildiu en La Rioja Alta, lo que está obligando a los profesionales a reforzar los tratamientos sistémicos y penetrantes, «que son mucho más caros», lo que está aumentando los costes de producción. «Llevamos ya la cuarta mano, y esto es caro», asegura el viticultor, que augura que los costes de producción superarán los 70 céntimos, última cifra que ofreció el Gobierno de La Rioja.  «Habrá que esperar a ver como tiran la viñas después de la tormenta», y considera que a las que las han sufrido «les va a costar arrancar».

Néstor Alcolea, secretario de organización de UPA, destaca que la uva lleva ya más de una semana de envero y señala que se ha detectado «alguna mancha de milidiu», principalmente en nieto, y ha sido en «casos anecdóticos» en los que ha bajado al racimo y puede afectar la producción. Considera que las fechas de vendimia serán similares a las del año pasado y coincide en el que granizo no ha lastimado de manera general a la viña, «sin perjuicio que haya cepas que se hayan visto afectadas, y donde se ha detenido el ciclo vegetativo», al haberse sometido la planta a «estrés y pérdida de  masa foliar», lo que obliga a la viña a «mover yemas latentes» para alcanzar el fin de ciclo. «Es pronto para determinar qué calidad va a tener la uva, porque va a depender del último episodio de madurez», sin van acompasadas la maduración fenólica y la alcohólica o no se puede lograr.

Precio de uva y tratamientos. «En El Cortijo las cosas están bastante bien». Así se manifiesta Eduardo Melón, viticultor logroñés, que explica que el estado de sus viñas es óptimo gracias a que no han sufrido afecciones climatológicas graves, a diferencia de lo ha acaecido en otros municipios vecinos.

«Aquí, en el Cortijo, solo ha caído piedra de manera aislada, al contrario que en otros pueblos, como Fuenmayor o Navarrete, donde cayó mucha agua y han sufrido daños en las infraestructuras», relata este viticultor de la Unión de Agricultores.  

Sin perjuicio de ello, lamenta que el año  ha sido meteorológicamente muy complicado y, sin tener que lamentar la incidencia de enfermedades, cuenta que no es esta la situación mayoritaria, y hay viñas que están sufriendo problemas, tanto de «ceniza como de milidu».

Esta situación está obligando a «dar tratamientos» de manera constante, una dedicación que le está permitiendo a este viticultor contar con una uva «muy sana». 

No obstante, «está resultando muy caro, no te voy a decir que doblan los precios del año pasado, pero están a un precio muy elevado, lo que nos está obligando a gastar mucho dinero», cuenta Melón, quien confía en que se vean recompensados por el precio que se abone por la uva. 

Al respecto, resalta que desde el campo van a «pelear» porque se paguen por encima de los costes de producción y apunta que los comentarios sobre precios bajos «no benefician a nadie».

Prevé un adelanto de la campaña de  «ocho o diez días antes que el año pasado», por lo que estima -de seguir así la climatología- se podrá comenzar a vendimiar a principios de septiembre.