3.000 alumnos riojanos tienen déficit de atención

David Hernando Rioja
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La Asociación Riojana de Padres de Niños Hiperactivos recomienda formación para entender y conocer este trastorno llamado TDAH. Estas personas requieren paciencia y tratamiento psicológico

La presidenta de la Asociación Riojana de Padres de Niños Hiperactivos habla con la madre de un adolescente - Foto: Óscar Solorzano

Hiperactividad, impulsividad y déficit de atención, son algunos de los síntomas de las personas que padecen un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuentes en la infancia y la adolescencia, con clara repercusión en los ámbitos familiar, educativo y social.

Dicho trastorno lo tienen entre un 5% y 7% de la población escolar, según la Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad.  Por lo que algo más de 3.000 alumnos riojanos, de los 51.352 que hay actualmente, padecen TDAH, aunque muchos están sin diagnosticar. 

La Rioja tiene la ventaja de que cuenta con la Asociación Riojana de Padres de Niños Hiperactivos (Arpanih), que actualmente tiene a 220 familias asociadas. 

Su presidenta, Marina Grijalba, explica que este trastorno afecta en el desarrollo evolutivo de las personas porque «suelen tener un retraso en la madurez, sobre todo en las zonas del cerebro ejecutivas».

Indica que este trastorno se puede dividir en dos tipos, TDA o TDAH, y su clasificación depende de los síntomas que haya, es decir, si tienen falta de atención, impulsividad, hiperactivdad o las anteriores combinadas. 

Grijalba también señala que este trastorno viene acompañado de otro tipo de trastornos asociados hasta en un 70% de los casos, lo que hace que sea más difícil realizar un diagnóstico a estos niños.

Añade que otro handicap a la hora de diagnosticar son los niños con altas capacidades que padecen TDAH, ya que «van sacando los cursos a pesar de tener déficit de atención, porque con un poco que se conecten en clase, les es suficiente para seguir el curso de una manera decente». 

La presidenta, por otra parte, da unas pautas para saber como trabajar con estos jóvenes.

El primer paso es formarse para conocer este trastorno y ofrecerles un tratamiento psicológico «correcto» porque «en el colegio o en la familia les llaman la atención sin parar, lo que hace que tengan baja la autoestima», apunta. 

Remarca la necesidad de aprender que «a un niño con este trastorno no le puedes decir tres cosas a la vez, sino que tiene que ser una detrás de la otra». 

Además, Grijalba explica que este trastorno puede afectar al entorno familiar, ya que «suele haber bastante porcentaje de divorcios porque la situación que se crea hace que en casa haya tensión». 

Paciencia. La terapeuta de Atención Temprana en Arsido, Ana Carmena, apunta que la clave para tratar con estos niños es tener paciencia porque «no pueden estar quietos en ningún momento, tienden a ser  impulsivos, y les cuesta esperar y solicitar los objetos con los que tienen que trabajar».

«Si no consiguen lo que quieren en el momento, se ponen a llorar o tienen una rabietas de desesperación importantes», detalla.

Uno de los problemas que existe en la actualidad para estos niños es el uso de tabletas digitales porque «les agrava el poder tener hiperactividad». Por ese motivo, indica, se recomienda no usarlas con ellos, «sobre todo si son pequeños». 

Carmena comenta que otro inconveniente de este trastorno es que no prestan ninguna atención a lo que los profesores o educadores les dicen, sobre todo si son ejercicios muy teóricos que requieren que estén más quietos.

Explica que ella usa varias técnicas a la hora de trabajar con ellos, como hacer que realicen ejercicios de movimiento o utilizar la motivación jugando con elementos que les gusten, para que «así aprendan a esperar y después, pedirlos».

Estos niños, concluyó, requieren «mucha atención».