El trabajo que realizamos en la Unidad de Coordinación de Trasplantes de La Rioja es el único que depende de la generosidad del donante o de sus familiares», asegura Martínez Soba. Sabe muy bien de lo que habla, porque la labor de escucha, comprensión y ayuda es fundamental en uno de los peores momentos que vive un familiar de un hospitalizado.  «La decisión de donar se puede hacer en vida, pero sí no es así corresponde a los familiares hacerlo y para ello, deben tomar el control de la situación», afirma, «por eso la solicitud de la donación se realiza desde la comprensión, la empatía y el respeto a la decisión que tome la familia».

Para ello, los profesionales  de esta unidad establecen un contacto con la familia para ofrecerles la posibilidad de contar con una información básica y sencilla de la opción de donación. «En ese momento lo más importante para ellos es la situación de su familiar, no tanto cuántas personas hay esperando un donante, sino su propio proceso», recuerda Martínez Soba.Una vez que se acepta la donación, a los familiares se les da la opción -respetando la confidencialidad del donante y el receptor- de recibir una información básica y confidencial del resultado de la misma.

«Nuestra comunidad es líder en la donación de órganos pero esto no serías posible sin todas las familias que aceptaron la posibilidad de donar», resalta el doctor, «y, también, a todos los profesionales sanitarios del Hospital San Pedro que trabajan en los diversos programas de captación y en el proceso quirúrgico del trasplante».