Anfibios en alerta roja

Caty Arévalo (EFE)
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El cambio climático está acelerando peligrosamente la desaparición de estos animales de los que ya se ha contabilizado la extinción de casi 200 especies conocidas

Anfibios en alerta roja - Foto: Imagen de Jill Wellington en Pixabay

Si los anfibios son al planeta lo que los canarios a las minas, un indicador de gases tóxicos cuando dejaban de cantar y/o morían, los datos conocidos ayer indican que es el momento de tomarse la crisis ambiental muy en serio: casi la mitad de las especies (41 por ciento) está en alerta roja.

El cambio climático y varias enfermedades letales han sumido a este grupo de vertebrados en una «pandemia masiva», según el gran informe científico sobre el estado de los anfibios en el mundo que publicó la revista Nature, con la participación de más de 100 investigadores coordinados por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Se trata del segundo repaso al estado de estas especies después de que el primero, de 2004, hiciera saltar las alarmas sobre cómo estaban sus poblaciones. Los investigadores han evaluado casi 9.000, 2.286 de ellas estudiadas por primera vez, y constatado que el 41 por ciento está en peligro, un dato que otorga a este grupo de animales el triste título del más amenazado del planeta, seguido de mamíferos (26,5 por ciento de especies en peligro), reptiles (21,4  por ciento) y aves (12,9 por ciento).

De las especies conocidas, ya se ha contabilizado la extinción de casi 200. Y estas cifras pueden ser solo la punta del iceberg. Al tratarse de animales poco estudiados, muchas especies son «invisibles» en esta evaluación porque aún están por descubrir, advierte en una entrevista una de las autoras, la investigadora de la Estación Biológica de Doñana, Celsa Señaris.

Pero, ¿qué hay detrás de esta pérdida masiva de anfibios? Los investigadores coinciden en que la amenaza principal es el cambio climático. Mientras las personas pueden desplazarse o tomar medidas frente a la mayor intensidad y frecuencia de sequías, calor extremo, huracanes o incendios forestales, los anfibios no cuentan con esa capacidad, son «cautivos del clima», apunta Jennifer Luedtke, coordinadora del grupo de trabajo de la Lista Roja de Anfibios de la UICN. Para explicar este «cautiverio climático», Señaris recurre al ejemplo cercano de Doñana, donde la mayor laguna de las marismas, Santa Olalla, lleva dos años prácticamente seca, dejándoles sin un medio acuático donde reproducirse.

«Hablamos de animales con ciclos de vida muy cortos, que a lo sumo viven dos o tres años, y no poder reproducirse en dos años significa que no hay recambio de nuevos individuos, lo que lleva al colapso de las poblaciones y, con ello, del sistema natural donde viven», indica Celsa Señaris.

Pandemias

Las amenazas que pesan sobre los anfibios guardan grandes similitudes con las de los humanos: además del cambio climático, sus poblaciones ya han sido diezmadas por una gran «pandemia», y en el caso de los anfibios van camino de ser devastadas por una segunda. «La diferencia con la COVID-19 es que la mortandad humana ronda un porcentaje pequeño de la población mundial y las de los anfibios acaban con el 100 por 100 de los linajes y no hay manera de solucionarlas con una vacuna», apunta Señaris.

La primera covid conocida de los anfibios fue el hongo Batrachochytrium dendrobatidis, que en los 90 se constató que era la causa de la mortalidad masiva de poblaciones de ranas en el mundo. Ya una segunda «pandemia»  está acabando con las salamandras en Asia y Europa. A este cóctel letal se añaden otras amenazas como la pérdida y degradación de hábitat o la contaminación.