Una nueva vida dos años después de salir del infierno

David Hernando Rioja
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Verónika Koval es una joven ucraniana que llegó a Logroño después de que comenzara que Rusia empezó contra Ucrania

Verónika Koval estudia en la biblioteca que tiene la Cocina Económica - Foto: Óscar Solorzano

"Recuerdo que era 24 de febrero de 2022 cuando escuché una explosión. Fue el momento en el que me di cuenta de que empezaba la guerra, ya que antes teníamos la esperanza de que no empezara porque vivimos en el mundo moderno». Así empieza su testimonio Verónika Koval, una chica natural de Ucrania de 20 años que actualmente vive en un piso compartido de Logroño que pertenece a la Cocina Económica.

Esta joven ucraniana cuenta que vivía en una residencia con otras personas en Kiev mientras estudiaba. En su habitación tenía una mochila preparada con ropa y comida, «lo justo para coger y marcharme rápido». «En ese momento pensaba que iba  a ser por unos días  o una semana pero no por dos años», añade.

Relata que después de la explosión se escondió, junto a otras personas, en una habitación preparada para esos casos, pero «después de pasar una hora allí, me di cuenta de que tenía que hacer algo porque mi familia estaba preocupada por mí», señala.

Asegura salir a la calle con miedo por no saber lo que iba a encontrar y ver un metro con mucha personas en pánico. «Lo primero que hice fue escribir a mi madre», asegura. De hecho, su madre fue la que les dijo a ella y a su hermana mayor que se marcharan de Ucrania. «Vinimos al extranjero, concretamente a Logroño, para poder sobrevivir», subraya.

Por suerte para ella, su hermana tiene un novio de Ucrania pero que vive en Logroño con su familia. «Estamos aquí porque tenemos conocidos que nos ayudan», asegura. 

En este punto, también agradece mucho la ayuda que le ha ofrecido durante este tiempo la Cocina Económica, ya que «con ayuda es más fácil hacer algo».

Una de las barreras que se encontró cuando llegó a Logroño fue el idioma. Para tratar de solucionar este problema la Universidad de La Rioja impartió clases de español para estas personas procedentes de Ucrania que estuvieran en edad de estudiar. «Teníamos clases de español en la Universidad de La Rioja. En ellas nos enseñó a hablar la profesora Carolina», recuerda. 

Cuenta que actualmente estudia filología inglesa y francesa de manera online en la universidad de Kiev. «Saber que quiero hacer después de la universidad es complicado. Lo que quiero es un buen trabajo y una vida que me guste para dedicarle mi tiempo», apunta. A pesar de esto, reconoce que está pensando que hacer cuando acabe porque «en España es complicado para los extranjeros encontrar un buen trabajo pero hay que intentar encontrar algo». 

Además de estudiar, Koval cuenta que también trabaja dando clase de español y de inglés a estudiantes que lo necesitan. «Es una manera de aprender español mejor porque cuando se practica más, se habla cada vez mejor. Es algo que me gusta, y de esta manera, tendré más experiencia y puede que más estudiantes», plantea.

Aunque este no está siendo su primer trabajo desde que llegó a España. Esta joven ucraniana estuvo trabajando en un hotel como personal de limpieza.

Familia. Verónika Koval tiene una nueva vida en Logroño. Tiene a su hermana, una amiga que también es ucraniana y un novio «que es de La Rioja», aun así, reconoce que echa de menos a su país, su familia y amigos, es decir, la vida que tenía allí.

Indica que ha pasado tiempo desde que aterrizó en Logroño, unos dos años más o menos. «Teníamos la esperanza de que la guerra terminara pronto y pudiéramos continuar con nuestras vidas como eran antes pero llevamos tiempo viendo que es imposible vivir como antes», lamenta.

Cuenta que habla con su familia todos los días por medio de videollamadas. Esta joven natural de Ucrania desea que puedan venir en un futuro pero no es una situación fácil. «Mi padre no puede hacerlo porque los hombres no pueden salir al extranjero, y mi madre quiere estar con él», explica.

Sobre una futura vuelta a su país, reconoce que es «complicado» planificar el futuro porque «antes de la guerra pensábamos vivir una vida pero en un momento te levantas por la mañana, hay guerra y tienes otra vida». «Todo puede cambiar en un momento», concluye.