Miguel Ajamil, es propietario de un piso en la zona centro de Logroño y alquila una de las habitaciones por 300 euros. «Alquilo por una necesidad económica», apunta, «llevo tiempo haciéndola y he tenido de todo, en ocasiones la experiencia no ha sido muy gratificante porque el inquilino no ha manteniendo las mínimas normas de higiene».

 En su anuncio, publicado en una web inmobiliaria, ya estipula una serie de filtros como que el inquilino sea menor de 30 años y, preferiblemente estudiante. «Es una cuestión de preferencia personal, me gusta convivir con gente joven y los estudiantes alquilan la habitación por una temporada completa. De esta forma, además, te garantizas el pago del alquiler porque lo suelen abonar sus padres».

 Y hay otra ventaja, fundamental para este arrendador: «La fórmula del alquiler por habitaciones hace más fácil echar al inquilino cuando tienes una problema, la cosa es más complicada cuando el alquiler es de forma completa. Mis padres alquilan de esta manera un piso también enLogroño y han tenido más complicaciones porque los inquilinos lo han dejado en muy malas condiciones. Muchas personas creen que, como no es su casa, no la tienen que cuidar».

Antes de decidirse por su nuevo compañero de piso con quien tendrá que compartir las zonas comunes de su vivienda, Ajamil realiza una especie de entrevista personal para saber su situación económica, sus aficiones y su forma de vida. «No me fío a la primera, en el anuncio ya pongo filtros, como el margen de edad, pero llama gente de todo tipo», apunta. También ha subido el alquiler hace unos meses. «Comparé los precios de habitaciones similares a la que yo ofrezco y en peores condiciones y eran mas caras; y teniendo en cuenta lo que ha subido el gas y la luz, subí el