Oteruelo se debate entre la maleza y las zarzas que engullen caminos y paredes de piedra en avanzado estado de ruina y la llegada de un proyecto conjunto, de envergadura y ambicioso que devuelva la vida a esta aldea abandonada y olvidada de los parajes riojanos de Ocón. La batalla juega a favor de zarzas y maleza y eso que en tiempos, hace aproximadamente una década, un médico catalán llegó al Consistorio de Ocón con unos planos bajo el brazo y una atractiva y ambiciosa iniciativa en la cabeza para acondicionar la ruina en clínicas de tratamientos naturales. Llegaba con inversores y con un planteamiento urbanístico redactado por el arquitecto logroñés César Ortega. Quedó en el intento y el facultativo barcelonés finalmente falleció.
Años antes, allá por 1982, hasta la aldea riojana llegaron ochenta toxicómanos de España, Francia e Italia comandados por la Fundación El Patriarca. Un intento por propiciar la rehabilitación definitiva de todos ellos y de alguna de las casas del núcleo urbano como medida de terapia y curación y con la ruda oposición de los vecinos de los municipios de la zona. No trascendió la suerte de rehabilitación de los primeros, entre otras cuestiones porque la organización fue declarada secta años después y se vio envuelta en un centenar de casos de abusos sexuales hacia adolescentes de 12 a 16 años, además de otros delitos de estafa y de corte fiscal. No quiere decir que estos abusos ocurrieran en Ocón, ni mucho menos, ya que 'El Patriarca' llegó a controlar 242 propiedades en catorce países y trabajó con alrededor de cincuenta mil jóvenes toxicómanos durante dos décadas.
La rehabilitación de las viviendas de Oteruelo, tras el paso de 'El Patriarca', también quedó en el intento. Y así continúa.
Durante todo este tiempo no han cesado los anuncios que ofrecen la venta de una aldea en La Rioja, a caballo entre Las Ruedas y Los Molinos, en su día por 176.000 euros y actualmente por 49.000. Un reclamo que despierta el interés de particulares que contactan con el Consistorio de Ocón donde se destierran falsas ilusiones. «La aldea de Oteruelo no se puede vender entera», señala Ernesto, alcalde de la localidad. Entre otras cuestiones porque el «edificio de las antiguas escuelas es de propiedad municipal y la iglesia de la Diócesis».
Dicho de otra forma, «es una publicidad engañosa», detalla Laura, secretaria del Consistorio. En manos de la propiedad particular existen nueve solares en tres calles del núcleo urbano con una superficie total, reza el anuncio, de 4.500 metros cuadrados.
Destaca el reclamo en una conocida web de compra venta inmobiliaria que «el pueblo se encuentra totalmente abandonado y en estado ruinoso, salvo pequeñas edificaciones que mantienen su estructura como la torre de la iglesia». No incurre en falsedades el reclamo inmobiliario al resaltar la robusta construcción de la torre del templo parroquial de San Lorenzo, en el corazón de Oteruelo. En cualquier caso, Ocón tiene su Plan General Municipal por el que no se prohibe el proceso de compra venta pero sí «rehabilitar o construir nada» salvo «la concesión de licencia para una actuación conjunta». Es decir, «aunque llama mucha gente interesándose, está sometido a un Peri» que solo permitiría abordar Oteruelo desde una visión global, «algo que podría acometer alguna empresa o alguna sociedad», insiste Laura. «Está declarado en ruina física y sometido al Peri», argumenta mientras recuerda que «la publicidad que están generando es engañosa». El Ayuntamiento se cubre así las espaldas ante, por ejemplo, alguna iniciativa particular de tinte bohemio que decida hacerse con una única casa, reconstruirla y exigir la pavimentación del camino de acceso y la canalización de servicios como agua y luz. O llega un proyecto para toda la aldea, que a punto estuvo, o San Lorenzo continuará sin fieles que le recen en este punto de los parajes de Ocón.