Educación y salud lastran las cuentas del medio rural riojano

R. Muro
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Ambos servicios suponen un importante desembolso de los presupuestos de los pueblos de la Comunidad. Ausejo critica unas «subvenciones con cuenta gotas»

Imagen de un colegio en el medio rural riojano - Foto: Óscar Solorzano

El trazado necesario para dotar de conexión a internet al colegio de Cuzcurrita del Río Tirón vuelve a destapar la caja de los truenos que enfada a numerosos pueblos riojanos. Los presupuestos municipales, ahogados en muchos casos por una evidente escasez de ingresos, no dan de sí para el mantenimiento de los servicios y las partidas que llegan desde la Comunidad autónoma se presumen insuficientes. No es una reivindicación nueva, pero sí latente. 

Los treinta escolares de Cuzcurrita han iniciado el curso en una nueva aula cuya reforma ha costeado Educación pero carece de conexión a internet. «Es necesario tirar una nueva línea», detallan desde  la localidad riojalteña. Han solicitado a la Comunidad autónoma que asuma la instalación y la respuesta ha sido negativa. «Estamos dispuestos a llegar hasta el despacho del presidente» Gonzalo Capellán, aseveran. 

Por otro lado, el servicio de comedor del colegio de Cuzcurrita, que atiende a los pequeños hasta las 17 horas, supone un desembolso anual de 40.000 euros, de los que se hace cargo un Ayuntamiento cuyo presupuesto anual real asciende a unos 800.000 euros. Más aún, «cuando tenemos un niño con necesidades especiales al que también atendemos». Y a todo ello se suma, detallan, que «el mantenimiento del edificio escolar» también corre a cuenta del presupuesto municipal. 

Algo similar pasa también con los consultorios médicos en pequeñas localidades. «Si es centro de salud, la Comunidad asume todos los gatos, si es consultorio se hacen cargo los ayuntamientos». En Cuzcurrita se plantearon hace ya un tiempo adquirir un ecógrafo móvil con el objetivo de facilitar los diagnósticos de los pacientes. Suponía un desembolso de seis mil euros que «tampoco asumió el Gobierno regional y finalmente se descartó». Un suma y sigue, en definitiva, que termina por lastrar las cuentas anuales de numerosos pueblos riojanos.

En términos similares se expresa también el primer edil de Ausejo, en La Rioja Baja. Con un presupuesto de alrededor de 1,1 millones de euros, «la guardería del municipio no la pagan los padres, sino el Ayuntamiento», recuerda Pedro Luis Martínez. Los costes de mantenimiento del colegio, al que acuden ochenta escolares, también  recae en el presupuesto local al igual que las obras y reformas que «va necesitando el consultorio médico. Afrontamos la situación como bien se puede -detalla el alcalde de Ausejo- ya que las subvenciones autonómicas llegan con cuentagotas».

Nieva de Cameros no dispone de colegio, pero sí de consultorio médico y los argumentos, en boca de Inmaculada Sáenz, son los mismos. «Nos llega una subvención de casi 400 euros para mantener el consultorio médico», detalla su siempre combativa alcaldesa.

Otros desembolsos. El mantenimiento de consultorios médicos y colegios supone un desembolso relevante, y nada despreciable, en las cuentas anuales del medio rural. Pero no son los únicos. El Gobierno de La Rioja convoca cada año las subvenciones para la contratación de personal por parte de los ayuntamientos para periodos de 6 o 12 meses. Por lo general, el 50% de la citada ayuda suele llegar por adelantado, aseguran desde Cuzcurrita del Río Tirón. Sin embargo, la mitad del pago restante suele sufrir la lentitud y la demora propia de cualquier administración pública. 

Se trata de una situación que obliga a las administraciones locales a adelantar esa parte del pago, «o el empleado municipal no cobra», o lo hace con retraso.

Todo ello en un contexto en el que la actividad política, a lo largo y ancho de la geografía española, no en exclusiva en el ámbito de la Comunidad autónoma, se plantea una firme batalla contra el fenómeno de la despoblación. Desde luego, en Cuzcurrita del Río Tirón lo tienen meridianamente claro: «todos estos gastos crean una situación que no ayuda». 

El Rasillo pide su voto

En el complejo capítulo de gastos e ingresos de los ayuntamientos revive de forma perenne la rabia que cada año se avecina sobre el Ayuntamiento de El Rasillo. Sus ingresos cuentan con una partida menos, lo correspondiente a lo que reparte la Hermandad de las Trece Villas de la que la localidad camera no forma parte a título individual. Sí está integrada, pero como aldea del municipio de Ortigosa de Cameros. Suele ser alrededor de 10.000 euros para cada pueblo de la zona, pero la partida de ElRasillo se ciñe a algo más de 3.000 euros, la parte que le corresponde como aldea de su vecino municipio del Camero Nuevo. Lo curioso de todo ello es que ElRasillo, como recuerda Rubén Martínez, dejó de ser aldea de Ortigosa en 1.817 y los estatutos de la Hermandad de las Trece Villas datan del año 1.490, dos años antes del descubrimiento de América, por citar una referencia histórica, cuando se constituyó el organismo, en su día, para la explotación de los pastos del paraje de La Pineda. 

A fecha de hoy, todo sigue igual. El Rasillo puede exponer su voz en las reuniones de la Hermandad, pero no puede ejercer su voto. Y las subvenciones que proceden de la aportación de la Comunidad autónoma, le llega, en su caso, de Ortigosa de Cameros en función de los 5/16 correspondientes. 

Martínez ha solicitado repetidamente la inclusión de El Rasillo con pleno derecho, pero en este caso, la historia puede más que el presente. Lo solicitó en un pleno de la Hermandad, y el resto de alcaldes, sencillamente, se negó.