Los nuevos taxistas chocan con trabas para asegurar el coche

Gustavo Basurto
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Profesionales del sector denuncian que muchas compañías les rechazan como clientes o les exigen cantidades desorbitadas por asegurar sus vehículos, con el argumento de su exposición a los siniestros

Varios taxistas aguardan la llegada de clientes en la parada de la estación intermodal de Logroño. - Foto: Ingrid

Hay taxistas que se inician en la actividad y corren el riesgo de entrar en números rojos antes de poder encender la luz verde. No se trata de un juego de palabras, sino de una situación que relatan con lamento profesionales del taxi, principalmente aquellos que tratan de iniciarse en el negocio, y que chocan con la negativa de muchas de las grandes compañías aseguradoras a la hora de suscribir el seguro obligatorio para poder transportar viajeros con sus vehículos. 

«Hace unos años estaba ya complicado, pero ahora está muy complicado», se queja una logroñesa que trata de abrirse camino como taxista y que lleva semanas de aseguradora en aseguradora sin conseguir que ninguna acceda a suscribir un seguro para su coche, a pesar de tener la licencia para ejercer la actividad, después de haber trabajado durante dos meses como asalariada y contar todos los demás requerimientos y carné de conducir desde hace 18 años.

En caso, la única alternativa posible está en abonar una póliza de seguros básica, con cobertura de daños a terceros, por la que le exigen unos 3.000 euros.

El argumento que le ponen sobre la mesa las compañías al rechazarla como clienta por ser taxista es que las estadísticas indican que este gremio tiene más probabilidad de dar un parte de accidente que otros perfiles de conductores por estar durante muchas horas expuestos al tráfico y recorrer infinidad de kilómetros al cabo del año.

Asegura que en alguna de las aseguradoras le explicaron que sus departamentos de riesgos valoran numerosas cuestiones a la hora de aceptar o denegar un seguro, desde la edad a su antigüedad como conductor, hasta un total de 80 factores diferentes. «Yo llevo 18 años conduciendo y no habrá dado ni un par de partes por algún rozón», comenta esta aspirante a taxista propietaria de licencia, que se expone a tener que empezar a pagar los costes propios de su actividad, como el propio vehículo o los impuestos, sin generar ingresos al no poder circular por carecer de seguro.

Tanto ella como otros compañeros que también sufren el mismo problema no se explican muy bien a qué responde que las aseguradoras pongan estas trabas o las relajen «a temporadas», dado que hace algunos meses nuevos taxistas que se iniciaban en la actividad no tuvieron problemas en contratar sus pólizas de seguros y ahora sea poco menos que imposible, como han podido comprobar en un grupo de wasap en el que profesionales del sector de toda España comparten esas mismas dificultades.

El problema no radica en los taxistas que mantienen sus pólizas de tiempo atrás, sino en los que se inician en el negocio o bien quienes cambian de coche y se ven obligados a suscribir una nueva póliza.

Ni en la compañía de siempre. En el caso de esta conductora profesional, ni siquiera el hecho de acudir a la compañía en la que tiene ya contratados otros seguros, como el de hogar o el del coche particular, e incluso en la misma que está su padre, ha facilitado que accedan a asegurarle el taxi.

«Tal vez dentro de unos meses vengan las compañías y digan que sí nos aseguran;esto es cíclico y no sabemos muy bien por qué», argumenta esta logroñesa, que relata el caso de un grupo de 30 o 40 taxistas españoles que en su día aceptaron una oferta atractiva de una aseguradora que les aplicó condiciones de flota y cuando llegó el momento de renovar «les dejó colgados».

Alega que el taxi no deja de ser un servicio público y se queja de las aseguradoras se niegan incluso a poner por escrito su negativa a contrarle un seguro, un requisito que necesitaría para poder acudir al Consorio General de Seguros, entidad que garantiza a todo usuario una póliza si las compañías privadas se lo deniegan.