Cuando las circunstancias que rodean a una situación no acompañan, la manera de ser y pensar personal marca cómo afrontar el futuro venidero más próximo. Ante esa coyuntura, existen tres posibles maneras de actuar. La primera, es la despreocupación y pasividad respecto a las contingencias e hipótesis, para evitar sobrepensar y producir quebraderos de cabeza. Sin embargo, en un deporte pasional como el fútbol, esta opción queda, casi a plena certidumbre, descartada.
Las opciones se simplifican y quedan reducidas a dos. Los que ven el vaso medio lleno o aquellos que lo ven medio vacío. En otras palabras, los optimistas y los pesimistas. Y si analizamos la tesitura vigente de la Sociedad Deportiva Logroñés, encontraremos partidarios de ambas posturas. Lo más llamativo es que cada uno tiene una de serie de motivos para defender su perspectiva y tratar de convencer a la contraria.
El juego de los blanquirrojos ha mejorado notablemente en los últimos partidos. En numerosas comparecencias ante los medios, su entrenador Aitor Larrazabal hablaba del debe de su equipo en el "sin balón", algo que ha sido capaz de corregir en las tres últimas jornadas. En estas, sobre el terreno de juego, se ha visto a una SD Logroñés mucho más compacta, comunicativa, con una identidad de juego más definida que en la primera mitad de la campaña y con un equipo que trabaja unido.
Además, en una entrevista concedida a este mismo medio, Larrazabala achacó que el equipo no tenía físicamente el nivel que exigía una categoría como Primera RFEF, algo en lo que ha trabajado desde su llegada y que también ha prosperado a lo largo del mes de enero. Los jugadores terminan el partido mucho más 'enteros', lo que va unido, también, a luchar hasta el final.
Buena prueba de ello es el gol anotado la pasada jornada en el Johan Cruyff, en el minuto 86 y después de ir todo el partido prácticamente por debajo en el marcador, lo que puso de manifiesto que el equipo tenía físicamente la capacidad y anímicamente no se dio por vencido.
Y por último, las incorporaciones invernales. Hasta seis caras nuevas han aterrizado en la capital riojana. Miceli, Salado, Conejero y Ferni, sin ir más lejos, fueron la medular titular del otro día. Unos refuerzos que, junto a Curro Muñoz y Marc André Schmerböck, hagan de la SD Logroñés un equipo que ha salido reforzado del mercado de fichajes.
URGENCIA. Por otro lado, están los resultados, que, al fin y al cabo, es lo que rige el fútbol. Y pese a todas las mejoras que uno sea capaz de ver y analizar, la situación actual es límite. La igualdad de la categoría es tal, que, por la parte baja de la tabla se encuentran seis equipos en tres puntos. Y cuatro de ellos, están en puestos de descenso.
La SD Logroñés necesita ganar. Pese a la mejora, Larrazabal solo ha logrado dos puntos de quince posibles, con sendos empates ante Sabadell y Barcelona Atlètic. Ahora mismo, es decimonovena, con 21 unidades, las mismas que Sestao River y Rayo Majadahonda. Y tiene el peor registro en cuanto a goles del Grupo I de Primera RFEF, con 19 anotados y 32 recibidos, lo que conlleva un balance negativo de 13 tantos de diferencia. Es por eso que la mejora necesita urgentemente verse refrendada por los resultados, empezando por este mismo sábado, en LasGaunas contra el Deportivo. Cada uno es libre de elegir el bando que más le guste.