Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Las pensiones, argamasa del Gobierno

11/03/2023

Roma locuta, causa finita. Si a Bruselas le parece bien la reforma de las pensiones propuesta por el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, si además cuenta con el beneplácito de Unidas Podemos y si el acuerdo, que llega a tiempo tras la prórroga concedida, sirve para que no haya problemas para el desembolso de nuevos créditos del Plan de Recuperación, el trabajo de Escrivá solo puede ser calificado como eficaz. Falta que le den el visto bueno los agentes sociales, y aunque cuente con la oposición de los agentes económicos, el Gobierno acaba de salvar uno de los escollos que le podían hacer tropezar y complicarle la parte final de la legislatura.  

El acuerdo entre los dos partidos de la coalición de Gobierno, que seguramente arrastrará al resto de los socios parlamentarios, llega después de una semana de desencuentros entre ambas partes a costa de la ley del solo sí es sí y de la vivienda. Por el contrario, se pone de manifiesto que cuando hay voluntad de negociar se pueden alcanzar acuerdos, salvar escollos que parecían imposibles, como el aumento del número de años de cotización para el cómputo de la jubilación, y que para negociar uno de los principios que resulta esencial es el de la discreción, y evitar airear las discrepancias.   

Resuelto el problema de la cohesión interna del Gobierno es el momento de buscar el apoyo de la oposición y de las patronales, algo que resultará más difícil porque les dan el plan hecho sin su colaboración y al tratarse de una cuestión que está bajo el paraguas del Pacto de Toledo siempre provoca discrepancias. CEOE y Cepyme, que no han participado en las negociaciones hablan de la "voracidad recaudatoria" de Escrivá porque serán las empresas las que carguen con la mayor parte de la sostenibilidad de las pensiones al actuarse por la vía de los ingresos del sistema incrementando las contribuciones de las empresas y sin recortar en el capítulo de gastos.  

La primera reacción del PP fue por la vía de criticar que supone "un impuesto más al trabajo" al destoparse la cotización de los salarios más altos, -una "cuota de solidaridad" que dice el Gobierno, que también refuerza el Mecanismo de Equidad Intergeneracional-, y volvió a referirse a la congelación de las pensiones de Zapatero, cuando años después la subida de las pensiones se reducía a un raquítico 0'25%, es muestra de quedarse descolocado, y tiene más difícil oponerse al acuerdo si Bruselas le ha dado luz verde porque considera que garantiza la seguridad, estabilidad y sostenibilidad de las pensiones. Porque era la Unión Europea quien urgía para contar con el proyecto de reforma de las pensiones español y hay ocasiones en las que no todos los partidos reman en la misma dirección como se ha demostrado cuando el PP ha maniobrado para frenar la llegada de fondos europeos.   

En cualquier caso, se trata de un acuerdo sobre un asunto que siempre origina discrepancias pero que envía una serie de mensajes positivos para los trabajadores que podrán elegir el que más les beneficie entre dos sistemas de jubilación a lo largo de los próximos veinte años y porque rebaja la tensión que se había desatado entre las dos patas de la coalición con un pacto que visualiza el perfil progresista del Gobierno.