La Albotea sigue en incertidumbre y su apertura "es difícil"

R. Muro
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El alcalde de Cervera ha intentado sin éxito reunirse con la empresa gestora del balneario, de la que no tiene noticias a pesar del anuncio para abrirlo la pasada Semana Santa

Imagen del edificio hotelero (a la derecha), detrás del cual se encuentran las instalaciones termales, algunas de ellas recuperadas del antiguo balneario. - Foto: El Día

El balneario Baños de La Albotea, en Cervera del Río Alhama, continúa cerrado tras 23 años de incertidumbres, dudas y contratiempos y después de que la exalcaldesa Estrella Santana, anunciara en febrero que las instalaciones abrirían en abril de este mismo ano, justo antes del inicio de Semana Santa. A punto de concluir el periodo estival, y casi seis meses después, el balneario permanece cerrado. Álvaro Forcada, primer edil de la localidad riojabajeña tras los comicios autonómicos de mayo, tampoco ha podido acceder a los planes que maneja Relais Termal, empresa adjudicataria de las instalaciones. 

De hecho, desde el Ayuntamiento de Cervera del Río Alhama han solicitado una reunión a la propia compañía sin obtener, al menos hasta el momento, respuesta alguna. Forcada desconoce las intenciones de la empresa adjudicataria pero el paso del tiempo le invita a pensar que «la apertura está complicada». 

Es la desafortunada historia de unas instalaciones que prometían erigirse en un motor económico para Cervera y los municipios del entorno, que como la mayor parte del medio rural, están necesitados de iniciativas empresariales y turísticas que propicien un firme empujón a la economía de la zona. 

El balneario empezó a funcionar como tal en el año 1851 con unas instalaciones ancladas en una superficie de cinco hectáreas. Disponía entonces de una galería de baños y una primera fase del edificio de hospedaje a la que se accedía por un paso subterráneo. Ya a comienzos del siglo XX, el balneario cerró sus puertas y el inmueble se destinó, en parte, como construcción auxiliar de la explotación agrícola de la finca en la que se convirtió el parque, en aquel entonces en manos de la propiedad privada. La falta de cuidados derivó en que  en los años noventa, los antiguos baños habían desaparecido y el edificio destinado a hospedaje se encontraba en estado de ruina.

Ya en el año 2000, el Boletín Oficial del Estado recogió la licitación de la redacción del proyecto de los balnearios de La Albotea y Grávalos. Tres años después, el Consejo de Ministros autorizó la celebración del convenio a tres partes y la financiación del proyecto a cargo del 1% Cultural. A finales de ese mismo año, Francisco Álvarez Cascos, entonces titular de la cartera de Fomento, Pedro Sanz, presidente de La Rioja, y su hermano José Luis Sanz, entonces alcalde de Cervera, suscriben el convenio de rehabilitación del balneario con un presupuesto de 5,2 millones, el 50% asumido por el Gobierno de España.

El devenir de las obras obligó a modificar el proyecto y a ampliar en casi un millón de euros el presupuesto inicial. Ya en 2015 se encargó un estudio de necesidades «para detectar qué faltaba». Con anterioridad, ya se había obtenido la declaración mineromedicinal con fines terapéuticos de las aguas del balneario de La Albotea. Cuando todo parecía que caminaba en base al guión establecido, todo se paralizó de nuevo ante un Estado de Alarma motivado por la pandemia del covid-19. Es decir, estaba previsto que estuviera terminado para 2005.

Superada la crisis sanitaria, todo empezó a rodar de nuevo, incluidas tres prórrogas concedidas desde el Consistorio cerverano. De hecho, la tercera de estas prórrogas concluyó el 4 de abril de 2022, aunque la concesionaria continuó amueblando las instalaciones. 

La siguiente previsión se marcó en rojo para junio de 2022, aunque problemas de liquidez de la gestora, que había solicitado un préstamo, impidieron materializar la inauguración. 

Último intento fallido. El último anuncio llegó de la mano de la propia exalcaldesa en febrero de 2023 con la previsión de que el diseminado abriera para Semana Santa. Otro intento finalmente fallido.

Hay que tener en cuenta que la apertura de las instalaciones eximiría a la adjudicataria, al menos de inicio, del pago del canon anual al Consistorio, ya que como concreta Álvaro Forcada, «ya está adelantado».