El hospital San Pedro continúa mejorando sus instalaciones y equipos médicos. En este caso, el servicio de Medicina Nuclear del CIBIR cuenta con una nueva máquina denominada PET-TAC, una prueba diagnóstica en la que se toman imágenes con el tomógrafo por emisión de positrones (PET) y con el TAC, para posteriormente procesarlas con un ordenador que combina las imágenes para componer un modelo en 3D con gran detalle para ver si existe una enfermedad neurológica, oncológica o una infección e inflamación.
Dicho equipamiento tecnológico ha sido financiado por el Plan de Inversión de Alta Tecnología Sanitaria (Inveat). Su importe asciende a un total de 2.284.480 euros.
El jefe de Medicina Nuclear, Rafael Ramírez, explica que este equipamiento médico cuenta con una mayor sensibilidad que el anterior equipo que había antes, que tenía 16 años; y más resolución espacial. También permite detectar lesiones de hasta cuatro milímetros, ya sean benignas o malignas; una mayor precisión diagnostica; dar una menor dosis de radiación al paciente; y realizar menos exploraciones complementarias, como resonancias.
Esta máquina, apunta, permite diagnosticar tumores, cánceres, adenopatía y metástasis; el estadiaje de los cánceres para ver si se han extendido; dar una valoración de respuesta a los tratamientos de radioterapia y quimioterapia; y para temas de recidiva de los tumores. Detalla que el 80% de los pacientes que utilizan este PET-TAC son oncológicos; un 15% son neurológicos, «con los que hacemos un diagnostico precoz de enfermedades neurodegenerativas, como alzheimer, párkinson o demencia frontotemporal»; y el 5% restante se someten porque padecen infecciones e inflamaciones, como una infección vasculitis de vaso grande o una endocarditis, entre otras.
Ramírez cuenta que el CIBIR pudo empezar a usar este nuevo equipamiento médico el pasado 8 de agosto, y estaba previsto que cada día pudieran pasar por él un total de 14 personas. Pero se produjo un problema con una enfriadora, por lo que «solo hemos estado viendo a cinco diarios».
Asegura que después de la semana de San Mateo todo este sistema volverá a la normalidad y se podrá atender a los pacientes previstos en un principio, 14 por día.
Por otra parte, el jefe de Medicina Nuclear afirma que el PET es una tecnología que está creciendo «de manera exponencial» y cuya precisión diagnóstica es cada vez mucho más alta gracias a su mayor sensibilidad, especificidad y resolución espacial.
La población de referencia que podría usar esta máquina médica es de 430.000 habitantes, ya que hay que contar los 323.000 habitantes que viven en La Rioja, más 90.000 pacientes procedentes de la provincia de Soria, 11.500 de la Rioja Alavesa y 18.500 de Viana, Mendavia y otras zonas de Navarra.
Aun así, detalla que el número de pacientes riojanos que van a usar esta máquina va a ir incrementándose con el paso del tiempo. Se estima que unas 3.300 personas utilicen este equipamiento médico durante el año 2024.
Ventajas. Las ventajas que proporciona este nuevo equipo no se aplican directamente en los pacientes, sino que facilita el trabajo del médico expedicionario. «Estos están viendo la gran calidad de imágenes de las pruebas que les hemos hecho a los pacientes que han venido en el mes de agosto en comparación con las de la anterior máquina, que tenía unos 16 años», remarca el jefe de Medicina Nuclear, Rafael Ramírez.
Detalla que los pacientes pueden llegar a la consulta con un deterioro cognitivo, por ejemplo, pero «vienen con otras pruebas ya hechas con anterioridad y muchas veces no saben a que vienen».
De hecho, el paciente se beneficia de este servicio médico cuando el doctor le proporciona una valoración de la respuesta que está teniendo a su tratamiento, es decir, «si el paciente ha respondido al tratamiento de quimioterapia, este sigue en la misma línea pero si no lo ha hecho, se intenta ir por otra vía», señala Ramírez.