La cibercriminalidad se multiplica por 8 en cinco años

Feli Agustín
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El fraude informático es, con abrumadora mayoría, el delito más habitual y ha experimentado un incremento de más de un 1.060%. De los 2.104 ciberdelitos investigados en 2021, 913 fueron cometidos con tarjetas bancarias y cheques de viaje

Un agente de la Policía Nacional trabaja con un ordenador. - Foto: Clara Larrea

Según el último Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior, La Rioja se encuentra entre las comunidades españolas en las que más creció la ciberdelincuencia, con un aumento del 127% entre enero y septiembre de 2022 con respecto a 2019 y, aunque en el mismo periodo ha sido la región española en la que más ha crecido la delincuencia convencional, lo ha hecho en un 21,5%. La evolución de la cibrercriminalidad no tiene visos de detenerse y en el último quinquenio ha experimentado un incremento del 828%, al pasar de 254 delitos en 2017 a 2.104 de 2021, el último año con cifras definitivas según el Ministerio de Interior.

 La inspectora Silvia Barrera, jefa del Grupo de Investigación Tecnológica de la Policía Judicial de La Rioja, constata que este incremento obedece a varios factores, y no solo al crecimiento del uso de la herramienta. «El motivo principal es que es mucho más fácil cometer un delito online que de forma presencial», señala la inspectora, que destaca que cerca del 90% de los delitos obedecen a una motivación económica por lo que el «anonimato, la distancia y la posibilidad de cometerlo a través de un dispositivo electrónico y no físicamente» condiciona el aumento de la delincuencia a través de internet. 

«No es una cuestión de conectividad [el 96% de los hogares españoles tenía acceso a internet en 2021], sino de remuneración económica a nivel delincuencia», argumenta Barrera, que añade que la criminalidad organizada se estructura para cometer delitos a través de internet.

Al respecto, constata que el fraude es el delito más habitual y supone más del 80% del total; en La Rioja, en 2021 se contabilizaron 1.794% [el 85%] de este tipo, con un aumento abrumador del 1.067% frente a los 168 de 2017. Explica que entre particulares presentan un catálogo amplio, desde los anuncios en páginas de segunda mano de alquileres a apartamentos turísticos, «donde te cobro por algo que no te he vendido o por algo que no te voy alquilar».

En líneas generales, por tipos delictivos, estafas con tarjetas de crédito, débito y cheques de viajes fueron las mayoritarias (913), seguidas por  otras estafas (755), que fueron las que más crecieron;se produjeron 79 bancarias.

Man in the middle. En este ámbito crece un tipo  denominado' 'Man in the middle', (intermediario), consistente en la vinculación a los servidores de correos de las empresas y «haciéndose pasar por un proveedor envían facturas  pendientes de pago o cuentas bancarias controladas por una organización criminal, a las que se realiza el pago», en vez de al proveedor legítimo». Se trata de un delito que implica cuantías «importantes», al tratarse de engaños que «oscilan desde los mil a millones de euros». La inspectora menciona también el cifrado remoto de dispositivos, esto es, la infección de ordenadores u otros, que quedan en peligro al acceder los delincuentes a datos de las empresas cuya seguridad queda comprometida.

De carácter más residual figuran los que se cometen a través de redes sociales o whatsApp, la «violencia digital», que se concreta en el control de las cuentas de la pareja, o «mensajes de amenaza y control» o espionaje casero del móvil.En 2021 se cometió un delito de abusos sexuales [fueron nueve el año anterior] y otro de acoso sexual. Se denunció de calumnias, 26 de coacciones o 99 de amenazas.

Varón, entre 26 y 49 años. Según la información del Ministerio de Interior, en 2021 fueron detenidas 90 personas por ciberdelitos, de las que 69 eran varones. Por grupos de edad, la mayoría, 29, se localiza en el grupo de edad de entre 26 y 49 años;mientras que de 18 a 25 hubo 18, por 14 de 41 a 50 años. Dos de los detenidos o investigados eran menores de edad, un chico y una chica que todo apunta que actuaron juntos en un asunto de revelación de secretos, mientras al varón se le  consideró, la menos sospechoso, de falsificar moneda, sellos u otros efectos timbrados. La jefa del Grupo de Investigación Tecnológica de la Policía Judicial, Silvia Barrera, apunta que la menor presencia femenina obedece a la menor atracción de las mujeres hacia la tecnología,  como lo demuestra el hecho de que cerca del 90% de los estudiantes de informática son hombres. «Es cuestión de tiempo que las cosas se vayan igualando», vaticina la inspectora, que apunta que las infracciones de redes sociales son equiparables.