Vísperas de mucho, derbis de casi nada

El Día
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La SDL golea en la grada en un duelo presidido por la cordialidad pues los que hoy son rivales en la jornada 37 y 38 pueden ser aliados

Makoki fue el consuelo musical de un derbi invernal en todos los sentidos. - Foto: Óscar Solorzano

No pasará a la historia la novena muesca de rivalidad logroñesa entre Sociedad Deportiva Logroñés y Unión Deportiva Logroñés. El duelo, sobre la rala hierba, acabó en tablas pero, en la grada, la entidad que preside Eduardo Guerra goleó sin presimir. Algo más de 3.000 espectadores se acercaron a Las Gaunas para presenciar un gélido 0-0. A ojo de buen (o mal) cubero, unos 2.500 se pusieron del lado del sexto clasificado y más de 600, intentaron insuflar ánimo al decimoctavo en la tabla.

Muchos aficionados de la UDLdieron la espalda a su equipo. Está claro que el Never walk alone hace tiempo que quedó desterrado de Logroño. En cualquier caso, los que en  las malas nunca regatean el apoyo a su equipo poblaron el fondo sur en busca de un milagro que no sucedió. 

Acabaron el encuentro entonando el 'Natxo vete ya', un clásico modero. Fue un clamor sordo que, quizás, en las próximas horas sea atendido. La precariedad dela entidad es total y urge tomar soluciones después de que el técnico vitoriano solo haya sumado siete puntos de los últimos 33 en juego (o nueve de 42 según como se quiera ver). 

Si desde el fondo sur se pedía la renuncia del técnico vasco, con mucha retranca hubo aficionados que, desde  la otra parte del estadio, coreaban el 'Natxo quédate'. No les va la vida en ello aunque de qué sirven este tipo de peleas vecinales si no es para sacar pecho ante el dolor ajeno.

Los aficionados de la Sociedad disfrutan de su mejor momento. Tras deambular seis años en Tercera son, futbolísticamente hablando, el equipo de referencia de Logroño, ciudad que vive de espaldas al fútbol. Ayer lo fueron en la grada, circunstancia impensable hace unos meses.

Eso sí, ese respaldo masivo no se tradujo en triunfo por lo que a buen seguro mucho de sus fieles lamentarán el resultado de esta victoria social. Invocarla solo sabe a excusa propia de una ideología de garrafón. Los aficionados de la Sociedad pueden ser pocos (ayer eran muchos más, es un hecho tan indiscutido como indiscutible) y pueden estar muy locos aunque no tan enajenados como olvidarse que los resultados en el deporte, pero especialmente en el deporte rey, se dirimen sobre el verde y no sobre el cemento.

Los tifosi locales soñaban con los tres puntos, el 'play off' y el descabello del vecino. Al final, se tienen que conformar con un empate, una impensable sexta plaza (la SDL cuenta no solo con el menor presupuesto de la capital riojana sino también con el inferior de toda la categoría) y un rival herido que, pese a que se rebeló durante noventa minutos, camina hacia el abismo de la Segunda RFEF desde el 23 de octubre.

Los seguidores de la SDL eran conscientes de ello y, aunque pudieron tirar del manido 'a Segunda (RFEF), a Segunda', no lo hicieron. El equipo tiene alma cristiana. En mayo les brindó en bandeja de plata el 'play off' y ayer evitó sumar un clavo más al ataúd de la Unión.

Los aficionados de la UDL andan tan ahítos del principio de realidad que ni se entretuvieron en clamar contra el vecino. Hubo invectivas gruesas, está claro, pero no era la tarde y se perdieron entre el plástico y el hormigón. Además, son muchos (no ayer)y ni son necios ni orates. Saben que escupir hacia arriba, en el vendaval actual, está desaconsejado. La SDLayer, hoy y mañana es el rival capitalino. Pero en las últimas dos jornadas puede ser un aliado ante Intercity y Atlético Baleares, competencia directa por la permanencia de los de Natxo González. 

Entre el antes y el después está el durante y es aquí donde la SDL, en las últimas cuatro citas, ha derrotado a la UDL. Ayer no, es cierto, pese a que el fútbol de los locales tiene aderezos primaverales en pleno invierno. La propuesta de los de Natxo González, por contra, sabe a otoño aunque nos encontremos en plena canícula. Makoki, con su regreso a Las Gaunas, nos recordó que su charanga vale para todas las estaciones, musical consuelo el de este último derbi que ha dejado igual de infelices, a los que ayer fueron más y a los que ayer se vinieron a menos.