En ruta el bus de Viaje para la Esperanza con 38 refugiados

M. Á. G-S.
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La iniciativa solidaria impulsada desde La Rioja llegará esta madrugada a Logroño con quince refugiados tras cubrir 3.000 kilómetros de un satisfactorio viaje de vuelta

En Cracovia, los últimos en subirse en Un Viaje para la Esperanza. Llegarán a Logroño y, de ahí, a Barcelona. - Foto: M. Á. G S.

 

A las 14.30, Un Viaje para la Esperanza dijo adiós a Przemysl, localidad polaca a la que han llegado, en las últimas semanas, miles de refugiados huyendo de la destrucción de su país. El autobús fletado desde La Rioja regresará a últimas horas de esta noche tras haber cumplido los dos objetivos con los que partió en la madrugada del pasado viernes: entregar material sanitario y alejar a los más vulnerables de la invasión rusa.

 

Veinticuatro ucranianos, procedentes de Kiev, Donetsk, Sumy o Zaporiya, entre otras poblaciones sometidas al asedio del ejército de Putin, iniciaron su camino en Przemysl, donde miles como ellos esperan ser acogidos en Italia, Portugal o Suecia, entre los muchos países europeos que han brindado su ayuda. En Cracovia, se sumó a este esperanzador bus una familia numerosa (abuelos, padres y tres niños) que llegará a Barcelona previa parada en Logroño. Los siete pasajeros restantes, más un perro labrador, se agregaban al viaje en Dresde, ciudad alemana alcanzada justo al cierre de esta edición. Este grupo desembarcará en Pamplona, donde les esperan sus contactos que no dudaron en aprovechar la generosidad de Un Viaje para la Esperanza.

 

Entre los 38 refugiados que dicen adiós a su país se encuentran una docena de niños, las víctimas más inocentes del conflicto. Ni lloran, ni protestan, son la paciencia personificada. El grueso de los pasajeros son madres, de mediana edad, acompañadas por sus niños. Vitali es la excepción que confirma la regla. Su condición de padre de familia numerosa le ha permitido escapar del horror. La gran mayoría de varones en edad militar se han quedado en Ucrania. El matrimonio formado por Anatoli y Valentina son los veteranos de la expedición. Viajan acompañados por su hija. Timur, con poco más de un año, es el benjamín. Le escolta su madre y su abuela. Su padre se enroló como voluntario. Los tres tardarán en volver a estar juntos.

 

Estos seis llegarán a La Rioja. También lo harán otra madre y su niña de catorce años, que será escolarizada en la región. Son las más afectadas aunque, a medida que se acerca el destino y se aleja el terror (proceden del Donbass, región que Rusia quiere 'anexionarse' a la fuerza), comienzan a tranquilizarse y socializar con el resto de compañeros. Además de las siete personas que llegan a Pamplona, dieciséis de los refugiados se instalarán en Francia. Gracias a esta iniciativa puesta en marcha por Paula, Flor, Jesús y Vicente, más Iñaki que se ha quedado en Przemysl, llegarán a Sarrazan, Toulouse, Dax y Bayona. 

 

El bus completó en diez horas los 800 kilómetros que separan la frontera ucraniana de Dresde. Polonia se intuye por el retrovisor aunque por delante quedan 2.200 kilómetros, toda Alemania y Francia, en un desplazamiento calcado al realizado desde el viernes pasado pero, en esta ocasión, con la sensación del deber cumplido tras entregar toneladas de material sanitario y permitir a treinta y ocho refugiados iniciar un nuevo capítulo de sus vidas.