El Coar plantea revitalizar Portales

Feli Agustín
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El presidente de los arquitectospropone acciones de rehabilitación energética en San José, Centro o El Carmen, potenciar el diagrama comercial y reordenar la vialidad según la dimensión y uso de las calles

Calle Portales, que el presidente del Coar entiende que debe ser objeto de revitalización. - Foto: Ingrid

Revitalizar la calle Portales y el mercado de San Blas, poner en valor La Glorieta y las plazas de La Villanueva y El Coso o consolidar la transformación en torno a la nueva estación ferroviaria son algunos de los aspectos puntuales que el presidente del Colegio de Arquitectos (Coar), Ángel Carrero, ha incluido en un informe que ha elevado al Consejo Social de la Ciudad, donde están representados los grupos políticos y representante de diversos colectivos, con el fin de actualizar los criterios de revisión del Plan General Municipal (PGM), que no se ha modificado en Logroño desde 1985, a pesar de varias tentativas que nunca han llegado a buen fin. 

Este documento, sujeto a aportaciones por los componentes del Consejo, será la base sobre la que  el estudio madrileño Ezquiaga Arquitectura Sociedad y Territorio -a quien se encargó su revisión en 2007- redacte un nuevo plan, donde se contemplarán aspectos más concretos de Logroño del futuro. 

Para definir sus ejes, Carrero ha tomado como punto de partida los activos positivos de la ciudad, como su crecimiento ordenado y predominantemente compacto, que se trata de una ciudad cercana, «la de los 15 minutos y me sobran 5»; ubicada en un entorno de alto valor natural, agrícola y paisajístico, para la que es necesario formular una alternativa «prudente y efectiva» a los nuevos desafíos derivados de la crisis climática, la regeneración de la ciudad consolidada y carestía de vivienda.

Destaca que se trata de una ciudad media, «con tamaño y condiciones óptimas de calidad de vida» en la que el PGM permitirá alcanzar un equilibrio entre el empleo de calidad y una vivienda asequible.

El arquitecto, que defiende simplificar las categorías del uso residencial, pone el acento en la Ciudad Circular y defiende acciones de rehabilitación en función en los barrios del siglo XX con peores condiciones energéticas, como San José, Centro o El Carmen, en función de la calidad de la edificación. 

De la misma manera, en áreas en las que la actividad industrial presenta signos de obsolescencia, como Avenida de Burgos, plantea el estudio de usos residenciales y actividades económicas y, respecto al comercio, considera que el PGMdebe trabajar en revitalizar el  actual escenario dentro de un esquema de flexibilidad de usos, y buscará potenciar el comercio alimentario y de proximidad en los barrios.

Piloto en vialidad. Respecto a la movilidad, que  tanta polémica ha suscitado en Logroño, propone un proyecto piloto con los vecinos de cada barrio  para «reordenar consesuadamente» el sistema vial. ¿Cómo? Pues, según reflexiona, habría que diferenciar las «grandes calles» que dan acceso al conjunto de la ciudad y acogen transporte público y tráfico de paso de aquellas de carácter más local, en las que debe ser prioritario el acceso, aparcamiento y desplazamiento peatonal de los residentes. 

En el área de edificación recomienda una evaluación objetiva de las necesidades de vivienda previsibles durante las próximas décadas, y para definir los crecimientos residenciales se estudiarán los ámbitos con mayor potencial de proximidad e integración con la trama existente.

Carrero hace referencia a aspectos puntuales, pero sin entrar tampoco en detalle, tarea que se encomienda a la revisión del PGM. Entre otros elementos, recomienda que se introduzcan propuestas de ordenación para la zona de Excuevas - Cuarteles y el antiguo convento y jardines de Valbuena y propiciar para cada barrio una diversidad de usos que permita cubrir las necesidades de sus habitantes en proximidad.

«La ciudad debe organizarse en base a sus barrios como un conjunto articulado de células urbanas en torno las centralidades locales de proximidad», señala en el informe, en el que aconseja que en el barrio de San Antonio- El Campillo, Varea y el Cortijo se defina una ordenación que atienda a las necesidades de la población local teniendo presente su discontinuidad con la trama urbana. 

Propone una mejora de la articulación de los grandes establecimientos comerciales con el tejido residencial,  aprovechar la cercanía de Avenida de Madrid con Lardero para articular una «centralidad local» y definir estrategias de recuperación y puesta en valor de ámbitos con especiales cualidades arqueológicas o/y paisajísticas como La Grajera, fuente del Encino, Puente Mantible o Monte Cantabria, así como para suelos agrícolas en situación actual degradada.