«Logroño-Vitoria-Pamplona, triángulo de atracción de gente»

Feli Agustín
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Ángel Carrero ha definido los criterios para actualizar la revisión del plan conforme a los retos de la ciudad del bienestar en un entorno de tensión medioambiental, descarbonización y regeneración del conjunto existente

Ángel Carrero, presidente del Colegio de Arquitectos. - Foto: Ingrid

«El Plan General articula las políticas urbanas de expresión del proyecto de ciudad que queremos», argumenta Ángel Carrero, presidente del Colegio de Arquitectos (Coar), que constata que por ello debe estar sustentado en el consenso político y social a través de un proceso de participación y escucha de sus vecinos.

Señala que los acontecimientos acaecidos desde que en diciembre de 2021 el pleno aprobara los criterios para revisar el Plan General Municipal (PGM) han sido de tal envergadura, como la irrupción de la crisis sanitaria y el conflicto bélico en Ucrania, que han obligado a una revisión profunda de los principios sobre los que se debe sustentar el plan.

Argumenta que el covid ha traído consigo una nueva inquietud, «por la salud y la ciudad, el bienestar y la salud mental», lo que arroja una nueva luz sobre cómo planificar el diseño urbano, que también se ha visto condicionado por la invasión de Ucrania, que ha cambiado el escenario económico y la gestión de  la energía, además de modificaciones legislativas que fomentan nuevo criterios medioambientales y de descarbonización.  Las estrategias de regeneración económica y social de los centros históricos son otro elemento convergente para la identificación  de los objetivos que deben regir el plan, entre los que figuran revitalizar la ciudad existente o garantizar el acceso a la vivienda, elementos que obligan  a la regeneración urbana o la rehabilitación del parque edificado,

El presidente del Coar  reconoce que es necesario un impulso económico que, entiende, debe asentarse sobre la economía circular, y, de la misma manera es consciente de un envejecimiento de la población y un alto número de población inmigrante, que deben cohesionarse con el entorno para evitar «bolsas de degradación» en Logroño.

El eje mágico. En este escenario, es necesario captar nuevos vecinos, un objetivo  que se posible lograr desarrollando un marco económico «que permita desarrollar la vida», lo que facilitará también la llegada de personas de otras regiones. En este aspecto, apuesta decididamente por potenciar el eje el Ebro  y la cohesión con Vitoria y Pamplona, «un triángulo de poder económico» que permitirá la atracción de ciudadanos de otras comunidades.

Sin perjuicio de ello, defiende un modelo territorial prudente, articulado en el actual marco territorial que permita a Logroño ser una ciudad «compacta y respetuosa con los activos territoriales», manteniendo el concepto circular, no solo en la movilidad, sino también de la «producción, la generación o las zonas verdes».

Razona que estos criterios redundarán en beneficios «ecológicos, económicos y sociales» y asegura que en la redacción de los ejes para la actualización del plan ha tenido en  cuenta los criterios incluidos en la revisión de 2021, «buscando la cohesión no solo en la ciudad, sino también en el marco futuro de su desarrollo».