Los pacientes con apneas obstructivas del sueño crecen un 31%

David Hernando Rioja
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La unidad de neumología registró 2.774 pacientes en 2018, frente a las 3.636 que hubo en el 2022

Una doctora sujeta una de las máquinas que se utilizan para combatir las apneas del sueño. - Foto: Óscar Solorzano

El sueño es un aspecto fundamental en la vida de las personas. Una persona adulta necesita dormir, al menos, siete horas cada noche para revitalizarse, renovarse y reponerse para el día siguiente.

Pero es verdad que hay quienes no pueden conciliar bien el sueño y pueden estar horas sin dormir cuando se van a la cama para descansar. Eso les crea problemas de concentración en su día a día, además de que no es bueno para su propia salud.

Uno de los problemas más serios es cuando las personas empiezan a padecer apneas obstructivas del sueño. La jefa de sección de neumología y coordinadora de la unidad de sueño y ventilación, Alejandra Roncero, explica que es una enfermedad «muy prevalente» y que «cada vez se atiende más en las consultas».

Los datos de la unidad muestran que en 2022 hubo 3.636 pacientes atendidos con este problema, mientras  que en 2021 hubo9 3.389, en 2020 se atendió a 3.248 personas, en 2019 a 3.091 y en 2018 a 2.774. Esto significa que el número de pacientes se ha incrementado en un 31% en estos cincos años.

Los motivos por los que hay más pacientes con apneas obstructivas del sueño son que cada vez hay más personas con obesidad y el mayor conocimiento que se tiene sobre ella. «Todo el mundo sabe lo que es la hipertensión y la diabetes pero no todo el mundo sabe lo que son las apneas del sueño. Por suerte, ya se va conociendo más y se valora la gran importancia que tiene, tanto en la calidad de vida como en sus riesgos», resalta.

Las apneas del sueño, explica Roncero, provocan paradas respiratorias continuas durante las horas de sueño, debido a que se producen cierres de la garganta o de la vía aérea superior. «Ese cierre hace que no entren adecuadamente el aire y el oxígeno a nuestro organismo», apunta.

Este problema genera que el sueño de las personas sea «más superficial», es decir, «que no sea profundo  y reparador, lo que hace que nos haga estar menos activos por el día». Detalla que los pacientes con apnea están más cansados por el día, tienen tendencia a dormirse cada vez que están tranquilo y tienen sensación de no descansar bien por la noche.

Otros problemas que provocan estas apneas son el riesgo de hipertensión, arritmias de corazón, infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares. También están relacionadas con el hecho de padecer cáncer, disminuir la esperanza de vida y la somnolencia diurna, «lo que hace que haya más accidentes de tráfico y laborales».

Obesidad. La doctora Alejandra Roncero advierte de que estas apneas se producen por obesidad, pero «no solo por el hecho de ser obeso o no, sino según los lugares donde se tiende a acumular la grasa».

Los pacientes que tienen que estar más atentos a esta situación son los que tiene grasa acumulada en el cuello. «Se puede producir un colapso mayor en la vía aérea» y en el abdomen porque «hace que se tenga más resistencia a los movimientos respiratorios», indica.

Otros aspectos a tener en cuenta es tener la mandíbula pequeña, el cuello más corto, unas amígdalas grandes o un tono muscular más débil.

El género también es un factor que hay que vigilar a la hora de tomar los datos. Esto se debe a que las apneas obstructivas del sueño afectan de diferente manera a hombres que a mujeres. 

Roncero explica que los hombres suelen tener esta enfermedad en edades más tempranas. Además, suelen tener los síntomas típicos, como roncar, tener mucho sueño y estar todo el rato deseando irse a dormir.

En las mujeres, en cambio, aparece en edades más avanzadas, sobre todo después de la menopausia. «No les suelen detectar tanto ni vienen alarmadas por nadie, sino que vienen porque ya han tenido una arritmia de corazón o por una obesidad importante. Tienen más cansancio y nerviosismo por el día, pero muchas veces se achaca al ritmo de vida y hace que no se paren a pensar que tienen un problema del sueño», concluye.