Inversores de Latinoamérica se fijan en las bodegas de Rioja

Javier Alfaro
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Los negocios vitivinícolas son reacios a que se sepa su situación e, incluso, cuando se producen compras tardan más tiempo en hacerse públicas que en otros sectores. Se apuesta por zonas consideradas de primer nivel, como Rioja Alta y Rioja Alavesa

Visita enoturística en el interior de una bodega de la DOCa Rioja. - Foto: Ingrid

El sector bodeguero se mueve tímidamente entre los productores de la DOCa Rioja. Con una docena de bodegas en venta actualmente en el mercado, los inversores lo tienen claro, los negocios en funcionamiento resultan mucho más atractivos que aquellos que, al estar parados, se han convertido en meros inmuebles y almacenes con infraestructura para embotellar.

Así lo recalca Ignacio Miguel, director de la agencia riojana especializada ZetaTestates.es, que asegura que «la venta del inmueble sin actividad ya no se da en Rioja, existen algunas bodegas así en venta pero no resultan inversiones atractivas para la venta exterior al no contar con negocio, distribución, etc. La mayoría de los inversores o buscan comprar algo en funcionamiento o, si no es posible, entrar en los accionariados antes que comprar algo parado». Además, matiza que los fondos de inversión americanos y el capital asiático exigen «traspasos de negocios en funcionamiento con viñedos inscritos en la denominación Rioja».

La media de venta está en torno a los 2 millones de euros. Expertos del sector indican que es difícil encontrar nada por debajo de los 750.000 euros y en los casos de bodegas valoradas en varias decenas de millones de euros, «en muchos casos hay más interés por una entrada de capital en el accionariado que en deshacerse de la bodega». Eso sí, las posibilidades de diversificación resultan especialmente atractivas y suelen ser la primera opción. Las instalaciones que permiten crear o añadir extras turísticos se han revalorizado, «porque permiten ampliar el negocio y aumentar ventas gracias a la moda por el enoturismo», indica Miguel.

Para Ángel Garrote Ruiz de Temiño, propietario de Vino de los Ángeles SL, empresa dedicada a la compraventa de bodegas, viñedos e inversiones vitivinícolas, otra diversificación que se busca está llevando a que bodegas de diferentes denominaciones decidan explorar la compraventa en aquellas áreas en las que no tienen presencia. «Hace una década era habitual la inversión de bodegas de Ribera en Rioja o viceversa, ahora siguen funcionando bien las '4R', con operaciones muy rápidas», indica. 

Sin embargo matiza que «parece que Rías Baixas resulta más seductora en general, sin olvidar que el inversor extranjero clásico se fija en las otras tres: Ribera, Rioja y Rueda». Cava también resulta atractiva pero «sus particularidades dificultan la inversión».

El inversor «busca denominaciones de primer nivel como Rioja, y en concreto de zonas como La Rioja Alta y Rioja Alavesa, y no entra a tener en cuenta opciones como Rioja Baja». Ni que decir tiene que «descartan entrar en denominaciones singulares poco conocidad» como pueden ser los Valles de Sadacia, «ni mucho menos en categorizaciones conflictivas como los Viñedos de Álava».

Puri Mancebo, agente inmobiliaria especializada en el sector vitivinícola de la firma Rimontgó Forbes Global Properties, es categórica: «Rioja no es una zona en declive ni mucho menos, siempre genera interés; aunque no sé si la solución a los excedentes de vino está afectando a los procesos». Eso sí, la experta apunta que «las ventas de bodegas que se producen son mayoritariamente porque los negocios no tienen relevo generacional, porque rentabilidad sí que hay».

Garrote indica que en Rioja se da una situación habitualmente y es que «cuando las propias bodegas necesitan más espacio de almacenaje y producción, si salen oportunidades, optan por la adquisición antes que por crear desde cero». Algo que ocurrió con la compra de Cuna de Reyes por parte de Vintae para El Pacto. Unas opciones que «suelen surgir generalmente cuando todavía no ha empezado la producción de vino, e, incluso, sin haber vendimiado». 

Mercado internacional. En el sector coinciden en que los empresarios más interesados actualmente en Rioja son de origen latinoamericano, principalmente de México, Venezuela y Argentina, además de asiáticos; fundamentalmente de China. Si bien, últimamente quienes firman las operaciones son de habla hispana.

«El chino se interesa en gangas, pero en Rioja y en general en España es imposible encontrarlas en denominaciones bien organizadas y reconocidas, quizá las haya en otros países como los bañados por el mar Adriático, pero no aquí porque el sector alimentario tiene unos controles muy exigentes que algunos empresarios no están dispuestos a asumir», resaltan desde una inmobiliaria especializada.
«Del mercado asiático, la inversión procede más bien de Corea del Sur, que de China», apunta Miguel.

Mancebo asegura que «las fuertes medidas anticorrupción implantadas en China por Xi Jinping dificultan su inversión en el extranjero, igualmente tampoco se ve a los rusos que hace unos años invertían aquí, por las sanciones internacionales y la caída del rublo». Sí señala que, muy recientemente, «un empresario mexicano sí que ha hecho una inversión muy importante en Rioja».

 Una afirmación que es conocida en un sector bodeguero que se enorgullece de ser discreto. Hasta tal  punto «que, probablemente, tardaremos un tiempo en conocer quién y dónde, si es que trasciende, porque el interés especulativo provoca en ocasiones que una empresa pase por varias manos incrementándose su valor y no todas las operaciones son conocidas».

«Todo queda entre empresarios y también funcionan mucho las redes comerciales y la consultoría especializada», señala Garrote.