El boom del alquiler turístico llega a La Rioja

Ana Torrecillas
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Las viviendas de uso turísticos son ya más de 1.300 en 2023, cuando hace siete años eran 384

Imagen de un distintivo de una alojamiento turístico en Logroño - Foto: Ingrid

Forman parte del paisaje urbano de muchas ciudades. Los pisos turísticos proliferan en los edificios de los centros urbanos aunque también se pueden ver los carteles indicativos de los mismos en zonas del extrarradio. El boom de los alojamientos turísticos parece no tocar techo. Si durante la pandemia el negocio de alquilar la vivienda por  periodos cortos de tiempo experimentó  un ligero bajón, tras el fin de las restricciones por covid-19 el sector ha resurgido con fuerza. En los siete diez años, el número de este tipo alojamientos, entre apartamentos construidos y reformados para este fin, y viviendas para uso turístico se ha triplicado y  asciende a 1.326 en La Rioja con un total de 11.920 plazas. Son datos actualizados este mismo año por  la consejería de Desarrollo Económico puesto que  es el Gobierno de La Rioja la administración que  concede las licencias para las viviendas de uso turístico.

En este sentido, la petición de este tipo de licencias no ha parado de crecer, especialmente a partir de 2021. En esa año, el Ayuntamiento de Logroño elaboró un informe sobre la situación de los alojamientos turísticos en la ciudad que ya  el 50% de la plazas de alojamientos turísticos pertenecían a este sector:  empresas que llevan a cabo reformas en las viviendas para su alquiler aunque también son propietarios que optan por este tipo de arriendo porque les resulta más rentable que el tradicional. 

Y esto está ocasionado un problema añadido al ya complicado acceso a la vivienda de alquiler en muchas ciudades, y que incide en la subida del precio del alquiler al reducir la oferta de pisos. Así, en algunas localidades de España se ha decidido poner coto a los pisos turísticos. En Toledo, por ejemplo, se prohibirá que los alojamientos turísticos superen el 20% de la viviendas en el casco antiguo. Medidas más drásticas se han adoptado en el vecino Portugal donde el gobierno luso prohibirá nuevas licencias turísticas  para atajar la crisis del acceso a la vivienda que padece desde hace años el país.
Ante el aumento de las plazas de viviendas turísticas, en 2021, el Ayuntamiento de Logroño trató de regular la distribución de este tipo de establecimientos. Así, el pleno municipal aprobó la modificación puntual del Plan General de la ciudad en la que se estableció  la obligatoriedad que las nuevas viviendas turísticas se ubicaran únicamente en las plantas inferiores de los edificios, es decir, entreplantas y primeros pisos. A las que ya existían se les  permitía acometer reformas pero nunca ampliaciones. El objetivo de la modificación era «contribuir a la puesta en uso de plantas bajas y entreplanas de edificios que se encuentran vacías en muchos casos», además de evitar molestias al vecindario.

Impulso al turismo. Susana Díaz, presidenta de la Asociación Riojana de Viviendas de Uso Turístico (ARVUTUR), defiende este modelo de turismo. La asociación nació en 2017 y ya cuenta con más de 110 socios. «Nuestros apartamentos turísticos siguen a 'rajatabla' con la actual legislación, nos hemos adaptado a ella», señala Díaz, «gracias a las viviendas turísticas, Logroño y La Rioja cuenta con muchas más plazas de alojamiento para turistas. 
De hecho, durante  mucho tiempo la gente que venía a visitar nuestra comunidad se tenía que alojar en ciudades vecinas como Pamplona o Vitoria porque no había plazas hoteleras suficientes».  La capital riojana no es la única ciudad que se ha sumado a este tipo de oferta de alojamientos turísticos.  

En la página web de ARVUTUR se anuncian casas y pisos en localidades como Haro, Uruñuela, Calahorra o Viguera. Los inquilinos no son solo turistas, también son profesionales que viajan por trabajo. Uno de los motivos para la regulación de estos establecimientos turísticos es la convivencia entre los inquilinos y  los vecinos de los edificios en los que se ubican.

 Díaz apunta a que «más allá de roces puntuales, no ha habido problemas graves con los vecinos de nuestros asociados». Y defiende este modelo de alquiler: «es mucho más rentable y genera menos problemas para los propietarios que la opción de alquilar la vivienda de manera tradicional por los posibles inconvenientes generados por los inquilinos como impagos o cuidado de la vivienda». La presidenta de la ARVUTUR insiste en que «las personas que se alojan en nuestros establecimientos compran, por ejemplo, en Logroño, comen en Logroño. Generamos riqueza en las ciudades». Las viviendas están totalmente reformadas y ofrecen la posibilidad de alojarse con mascotas. «Es lo que diferencia este tipo de alojamientos con los hoteles tradicionales: puedes ir en familia o con amigos, cenar en casa y luego salir a dar una vuelta, hay más intimidad y es un ambiente más casero»,  señala Díaz.