De la viña a la mesa, de la historia al futuro

Feli Agustín
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Una de las históricas, Bodegas Riojanas, entra en el proyecto de la Federación Española del Vino que, desde las nuevas tecnologías, incide en la sostenibilidad y la eficiencia energética

Santiago Frías, presidente de Bodegas Riojanas. - Foto: El Día

Una de las bodegas de mayor trayectoria en la Denominación -fue fundada en 1890-, Bodegas Riojanas, es una de las contadas firmas de la región que ha logrado colarse en un Perte. Ha sido dentro de un consorcio coordinado por la Federación Española del Vino (FEV) que, con una inversión de 16 millones, consta de once proyectos de menor dimensión, que tocan aspectos desde la digitalización de toda la cadena de valor mediante la implementación de nuevas tecnologías hasta la investigación.

«Es un viaje desde el viñedo hasta el consumidor», señala la FEV, afirmación en la que coincide Santiago Frías, presidente de Bodegas Riojanas, que explica que   para ello se abordan tres áreas, con la tecnología  de la información como base de la sostenibilidad y la eficiencia energética. Así, se trabaja en el viñedo con el objetivo de que los productos que se utilizan tengan el mínimo efecto  en el campo, favoreciendo la biodiversidad e incidiendo en los procesos el interior de la bodega, hasta lograr que el producto que llega al consumidor se ofrezca en envases más sostenibles con, por ejemplo, etiquetas biodegradables. 

Frías relata que hace tiempo que están inmersos en materias como  sostenibilidad, eficiencia y optimización de los recursos y, con ese enfoque, se introdujeron en el Perte, «Nuestro fin es ser lo más respetuosos con el medio ambiente y lo más neutros posible con nuestra actividad», asegura el responsable de la bodega de Cenicero, que se centra en reservas y grandes reservas.

Reconoce la dificultad burocrática y las trabas administrativas que han ido apartando a numerosos interesados. «No ha sido nada fácil y no hemos acabado; una vez aprobado, el Ministerio nos ha seguido pidiendo documentación», explica el directivo, que espera en breve una resolución definitiva.  Apunta la complejidad de reunir a empresas de diferentes comunidades con un objetivo común y cuenta que han ido «adelgazando» el proyecto inicial ante la complejidad que suponía su materialización, principalmente por las dificultades administrativas y burocráticas. «Lo que se pensaba que iban a ser los Perte y el enfoque transformador que se pretendía se han ido diluyendo», reflexiona el presidente de Bodegas Riojanas, que asegura que «ojalá hubieran sido mucho más ambicioso».