Pasión y camino en La Rioja

Ana Torrecillas
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Los peregrinos retoman el Camino de Santiago con fuerza tras haber dejado atrás el temor y las restricciones por el covid. Los albergues esperan meses de gran afluencia tras cerrar una Semana Santa con una alta ocupación

Mochilas de peregrinos en el albergue de Logroño - Foto: Óscar Solorzano

Si reside en un municipio por el que pasa el Camino de Santiago, lo habrán notado. El trasiego de viandantes, portando grandes mochilas a su espalda y ataviados con gorro y cantimplora no ha pasado desapercibido a los lugareños de Logroño, Santo Domingo de la Calzada o Grañón. Con la llegada del buen tiempo y, especialmente, de los días libres, los peregrinos toman los caminos y calles de La Rioja. La vuelta a la normalidad del año pasado dio el pistoletazo de salida a retomar la buena costumbre de peregrinar hasta Santiago de Compostela. Pero en 2023 el covid parece una pesadilla del pasado, lo que ha hecho aumentar significativamente la afluencia. 

«No podría dar una cifra, pero yo he tenido completo el albergue durante toda la Semana Santa», asegura Ezequiel López, peregrino que regenta el Albergue Albas que, pese a estar en fuera del circuito natural del Camino en Logroño, está situado en la Plaza Martínez Flamarique, ha notado el aumento de peregrinos este semana santa pero también, desde que comenzara el año. «Recuperamos la ocupación el año pasado pero entonces todavía había cierto temor a alojarse en una habitación con más gente por el tema del covid», afirma, «este año esto ha desaparecido y se nota».
Los peregrinos vienen de todos los lugares de España y de fuera. Especialmente de Corea del Sur. «Allí debe haber un 'influencer' que hace un programa de viajes y pasó por el Camino de Santiago, es muy conocido y ha causado furor en su país. Así que tenemos muchos visitantes coreanos».

En cuanto a españoles, «mayoritariamente provienen de Cataluña. Muchos hacen el camino por etapas, en función de sus vacaciones o días libres. Terminan y empiezan en Logroño».
En el albergue municipal de Logroño, un grupo de unos 20 peregrinos espera pacientemente a que se abran las puertas. Ha hecho un día perfecto: fresco y nublado, ideal para hacer el camino. El patio del edificio de la calle Barriocepo es un crisol de culturales y lenguas: inglés, japonés, francés, portugués.... Gente venida de todos los puntos del planeta recalan en Logroño.

Dentro del albergue, Juan Carlos Romero y Socorro Lasheras, dos hospitaleros burgaleses atienden a los peregrinos, sellan sus credenciales y les indican  -más con señas que con palabras- los horarios del albergue y sus normas. Ambos son voluntarios que llevan haciendo esta labora varios años. Viven 15 días en el albergue para luego marchar a otro lugar y volver a Logroño en verano. 

Romero reconoce que ha sido una Semana Santa en la que alta ocupación ha obligado a colgar el cartel de 'completo' en dos ocasiones. «Una vez finalizadas las vacaciones, se nota que ha bajado un poquito pero en seguida va a volver a subir a partir de mayo y prevemos que en verano y septiembre tengamos un gran número de peregrinos». Según este hospitalero, se nota mucho que se han terminado por completo todas las restricciones. «Vienen de muchos países, acabo de registrar a una chica de Nueva Zelanda, EEUU y de otros lugares», asegura.
una nueva etapa. En el albergue de Casa de la Cofradía del Santo en Santo Domingo de la Calzada, hacen un balance muy positivo de estos últimos días. «Estamos recuperando el pulso de antes de la pandemia, pero creo que aún nos hace falta un último empujón», señala Andrés Sánchez, hospitalero del albergue. Un empujón que espera que sea este mes de mayo y septiembre, meses en los que tradicionalmente los peregrinos optan por hacer camino. «Los peregrinos españoles aprovechan sus vacaciones para hacer el camino por etapas», apunta, «echamos en falta una etapa que conecte San Millán de la Cogolla-Nájera, y vuelva a Santo Domingo, porque es una zona con mucho potencial y es una pena que los peregrinos se la pierdan ya que deben desviarse mucho para poder conocerla», argumenta el hospitalero.